El precio del oro ha alcanzado un nuevo máximo histórico este martes 15 de septiembre de 2025, situándose en los 3.689,27 dólares por onza a primera hora de la jornada asiática. Este hito representa el enésimo récord del metal precioso en lo que llevamos de año, consolidando una tendencia alcista que parece no tener techo a corto plazo. Los analistas financieros coinciden en que la debilidad del dólar estadounidense y las expectativas de recorte de tipos por parte de la Reserva Federal son los principales catalizadores de este comportamiento.
El mercado espera con gran expectación la reunión del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) que se celebrará mañana miércoles, donde existe un amplio consenso sobre un recorte de 25 puntos básicos en los tipos de interés. Sin embargo, la atención de los inversores se centra ahora más en las declaraciones posteriores de Jerome Powell y en las proyecciones económicas que pueda ofrecer la Fed sobre el ritmo de flexibilización monetaria para los próximos meses.
«El sentimiento es muy alcista y las perspectivas siguen siendo buenas para el oro a corto y medio plazo», ha declarado Kyle Rodda, analista de Capital.com, quien además ha advertido que si la Reserva Federal no respalda las expectativas del mercado en sus orientaciones, podríamos ver cierta corrección en los precios. No obstante, un respaldo de la Fed a las previsiones actuales podría catapultar definitivamente el precio por encima de los 3.700 dólares por onza, estableciendo nuevos récords.
Los flujos de inversión hacia los fondos cotizados (ETF) respaldados por oro físico han experimentado un notable repunte en las últimas semanas. Según datos del sector, estos instrumentos han sumado aproximadamente 17 toneladas hasta finales de la semana pasada, lo que ha contribuido significativamente a mantener la presión compradora en el mercado. Este comportamiento refleja cómo los inversores buscan activos de duración en un entorno de política monetaria más laxa y crecimiento económico mixto a nivel global.
En España, el interés por el oro como valor refugio se ha intensificado durante 2025, con un incremento del 28 % en las consultas sobre inversión en metales preciosos, según datos del Banco de España. Los inversores españoles, tradicionalmente más conservadores, han comenzado a diversificar sus carteras incorporando exposición al metal dorado ante la incertidumbre económica y las tensiones geopolíticas que persisten en diferentes regiones del mundo.
Otro pilar fundamental que sostiene la cotización actual es la demanda de los bancos centrales. El Consejo Mundial del Oro ha confirmado que las compras netas del sector oficial se mantienen en territorio positivo incluso después de un julio de 2025 más moderado. Esta tendencia de diversificación de reservas por parte de los bancos centrales de economías emergentes, principalmente, proporciona un soporte estructural a los precios, absorbiendo posibles caídas cuando la especulación se reduce.
Los analistas financieros de las principales entidades españolas coinciden en que la evolución del dólar y los rendimientos reales serán las dos variables clave a vigilar tras la reunión de la Fed. Un dólar más débil y unos tipos reales más bajos probablemente mantendrían el oro cerca de sus máximos, mientras que un fortalecimiento de la divisa estadounidense podría provocar una fase de consolidación en los precios del metal precioso.
«Estamos ante un escenario de revalorización sostenida que responde tanto a factores coyunturales como estructurales», explica María Fernández, analista jefe de mercados de un importante banco español. «La política monetaria global está girando hacia un ciclo de flexibilización que históricamente ha beneficiado al oro, pero además contamos con tensiones geopolíticas persistentes y una demanda institucional sólida que proporcionan un suelo muy firme a las cotizaciones».
Los expertos también señalan posibles riesgos a corto plazo, principalmente relacionados con tomas de beneficios tras la fuerte revalorización acumulada. En lo que va de 2025, el oro acumula una subida cercana al 32 %, un rendimiento extraordinario que podría incentivar a algunos inversores a realizar beneficios ante cualquier catalizador negativo. No obstante, el consenso general apunta a que cualquier corrección sería una oportunidad de entrada para inversores con visión de medio y largo plazo.
Impacto en los mercados
El rally del oro está teniendo efectos colaterales en otros segmentos del mercado. Las acciones de compañías mineras especializadas en la extracción del metal precioso han experimentado importantes subidas en las bolsas mundiales, con revalorizaciones medias del 45 % en lo que va de año. En el mercado español, los fondos de inversión especializados en materias primas han captado más de 3.200 millones de euros en 2025, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
La plata, tradicionalmente correlacionada con el oro pero con mayor volatilidad, también ha registrado fuertes subidas, situándose por encima de los 44 dólares por onza. Los analistas destacan que la ratio oro-plata se mantiene en niveles históricamente altos, lo que podría sugerir un mayor potencial de revalorización para la plata en los próximos meses si el entorno sigue siendo favorable para los metales preciosos. Mientras tanto, el bitcoin y otras criptomonedas, que algunos consideran una alternativa digital al oro como reserva de valor, han mostrado un comportamiento mixto en 2025. A pesar de la narrativa del «oro digital», las correlaciones entre ambos activos siguen siendo débiles, evidenciando que responden a diferentes factores de mercado y bases de inversores.