El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha negado este miércoles que su apoyo al plan de autonomía propuesto por Marruecos para el Sáhara Occidental suponga un «giro» en la política del Ejecutivo, esgrimiendo que no es sino «un paso más en el camino» iniciado ya en 2007 cuando se presentó y que está en línea con la posición de países como Francia, Alemania o Estados Unidos. Ante el Pleno del Congreso, Sánchez ha sostenido que «más bien hay que hablar de un paso más en un camino que se inició hace 14 años» cuando el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero ya dijo que la propuesta marroquí, que da autonomía al Sáhara pero bajo soberanía de Rabat, constituía una «contribución valiosa» para resolver este conflicto.
«No estoy restando importancia a la decisión que he tomado, la he tomado con plena voluntad de dar un paso adelante», ha sostenido, en referencia a su afirmación en la carta remitida al rey Mohamed VI de que el plan de autonomía constituye «la base más seria, creíble y realista» para una solución. En este sentido, ha esgrimido que tanto Zapatero como luego Mariano Rajoy, quien también según él mantuvo el reconocimiento del plan de autonomía, entendieron la complejidad de este conflicto. «Lo que les pido es que valoren también esa complejidad», ha reclamado a los diputados. Por otra parte, ha asegurado que «no hay desinterés ni desatención hacia el sufrimiento del pueblo saharaui» sino que lo que busca es «contribuir a la superación de un conflicto enquistado y sin perspectiva de solución hasta el momento».
Insiste en una solución en la ONU
En este punto, y para que se entienda la posición del Gobierno y el «por qué» ahora, el presidente ha reafirmado que «Naciones Unidas es el marco para solucionar el conflicto en el Sáhara», algo que «España siempre ha apoyado y siempre va a apoyar», y que la solución deber ser «mutuamente aceptada por las partes». Dentro de este marco, ha añadido, el Gobierno considera que la propuesta marroquí «es la base más seria, creíble y realista» porque cree que «tras muchos años de conflicto y de estancamiento en el proceso de negociaciones, esta es la base sobre la que hay más posibilidades de construir una solución que pueda ser aceptada por las partes». Según Sánchez, se trata de «un posicionamiento claro pero que no es nuevo» ya que los dos gobiernos anteriores ya reconocieron el plan de autonomía.
Además, ha incidido, es una «posición alineada» a la de otros países como Francia, que apoyaba este plan desde hacer años, o Alemania, que lo ha hecho recientemente, y también Estados Unidos. El presidente ha explicado que si ha dado este paso ahora es porque considera que se abre una «ventana de oportunidad para retomar las negociaciones» tras el nombramiento el pasado mes de octubre del nuevo enviado de la ONU para el Sáhara Occidental, Staffan de Mistura, después de dos años en que el puesto había estado vacante. «España quiere adoptar un papel activo, no pasivo, y apoyar de manera activa la labor del nuevo enviado especial», ha añadido, reiterando igualmente el compromiso de seguir brindando apoyo humanitario a los refugiados saharauis y su «esperanza de que se pueda avanzar en las negociaciones».
Nueva etapa con Marruecos
Por lo que se refiere a la «nueva etapa» que se abre con Marruecos tras el respaldo a su plan de autonomía ha señalado que «tendrá una hoja de ruta clara y ambiciosa que permitirá cerrar una crisis» que estaba perjudicando a los dos países. Marruecos, ha subrayado, «es un socio estratégico indispensable» aunque en las relaciones ha habido momentos «de mayor estabilidad» y otros «de mayor zozobra». Con él hay «relaciones de Estado que requieren una política de Estado», ha sostenido, recordando al PP que cuando la crisis de Perejil en 2002 Zapatero, entonces líder socialista, apoyó al Gobierno de José María Aznar. Sánchez ha reiterado lo manifestado en su carta a Mohamed VI, que el Gobierno desea construir «una relación basada en la transparencia y la comunicación permanente, el respeto mutuo y (...) la abstención de toda acción unilateral» con el fin de «evitar futuras crisis». Así las cosas, ha recordado que el ministro de Exteriores, José Manuel Albares, viajará este viernes a Rabat «para poner en marcha esta hoja de ruta». «En primer lugar lo que vamos a hacer es garantizar un territorio seguro, con una frontera capaz de asegurar el cumplimiento del control de personas y de mercancías», ha precisado.
En este sentido, ya está en marcha un comité interministerial para plantear escenarios y opciones de reapertura, incluido «un protocolo que defina el criterio de entrada en el territorio español y asegure el tráfico seguro y fluido», ha señalado Sánchez. En segundo lugar, ha proseguido, se va a reforzar la movilización y el compromiso del Estado con Ceuta y Melilla, para lo cual, ha indicado, «se están elaborando sendos planes dentro del mandato de la Estrategia de Seguridad Nacional, con la participación de todas las instituciones» y que irá acompañado de recursos económicos tanto nacionales como de los fondos de recuperación de la UE. «Reivindico el camino que hemos tomado, que es el de la política real, el de sentido de Estado, el de la estabilidad, la prosperidad y la seguridad de nuestro país y de dos ciudades autónomas tan importantes como Ceuta y Melilla», ha rematado.