El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha dibujado este martes, en el arranque del Debate del Estado de la Nación en el Congreso de los Diputados, seis ejes de actuación que su ejecutivo está resuelto a impulsar para combatir los efectos de la crisis y la inflación generadas por Rusia con la invasión de Ucrania. Entre ellos el presidente ha deslizado un cierto giro a la izquierda, se ha mostrado más sensible con en padecimiento generalizado y ha anunciado los detalles de dos impuestos a los bancos y las compañías de la energía. Estos son los seis ejes de actuación en los que ha incidido Pedro Sánchez al inicio del debate sobre el estado de la nación:
En primer lugar, el apoyo a Ucrania no es negociable, apostando por la vía diplomática aunque mientras llega la paz, «seguiremos apoyando a Ucrania y castigando a Putin», para que la guerra acabe cuanto antes, el país agredido retome su soberanía y «para que Europa viva segura». Sin embargo, España es un país pacifista tal y como ha reseñado Sánchez, que ha asegurado que lo es con independencia de quién sufra bajo las bombas, la población de Bagdad o la de Kiev, en clara referencia a la guerra de Irak a la que el Gobierno de José María Aznar (PP) dio amparo en su día.
Proteger a ciudadanos, empresas e industria es el segundo gran epígrafe del plan de Sánchez para salir lo más airoso posible de la complicada situación actual. España ha movilizado casi 30.000 millones de euros desde hace un año para luchar contra la inflación, uno de los planes más ambiciosos de toda Europa, donde además se ha aprobado la exención ibérica que según Sánchez protegerá de los aumentos de precio que pueda acarrear un eventual corte del gas ruso.
Un dato revelador aportado por el presidente es que el real decreto que incluye el paquete de ayudas para favorecer a clases medias y estratos vulnerables de la sociedad, que debe validarse en los próximos días, puede contener la inflación hasta en 3,5 puntos. Incluye la ayuda de los 200 euros, la exclusión de la mayoría de impuestos de la factura eléctrica, reforzar el Ingreso Mínimo Vital, la ampliación de bonificaciones en el transporte ferroviario, la prórroga de la bonificación al carburante, o la construcción de 12.000 viviendas en Madrid, un 60 por ciento de las cuales serán públicas, entre otros ítems para redistribuir la creciente carga asociada a la vida hoy en día.
También en esta senda un impuesto sobre los beneficios extraordinarios de las energéticas servirá, según el presidente, para que las consecuencias de la guerra no recaigan en los más vulnerables, como sucedió en la crisis financiera de 2008, y salgan beneficiados los que se lucran de «las dificultades de la mayoría». Calcula que se recaudarán 2.000 millones al año durante los próximos dos ejercicios. Otro impuesto a las grandes entidades financieras se pondrá en marcha de forma «excepcional y temporal», ya que estas compañías se benefician ya en estos momentos del alza de los tipos de interés, pudiéndose recaudar de este modo 1.500 millones al año los dos próximos. Sánchez ha recalcado que «los sobrebeneficios no caen del cielo, salen de los bolsillos de los consumidores».
El cuarto punto es el aliento a los agentes sociales para alcanzar un «pacto de dividendos y de rentas» que garantice un «reparto justo de los costes y beneficios de la actual crisis», y ha pedido a las grandes empresas que hagan lo mismo que hacen las Administraciones: revertir los beneficios extraordinarios o indirectos en el salario de sus trabajadores en aras de los criterios de sostenibilidad que muchas dicen defender. «Es el momento de probar el compromiso social de las empresas», ha expresado.
En quinto lugar Sánchez ha mencionado la modernización de España que ya se inició en el espíritu del plan de recuperación, transformación y resiliencia, y se ha comprometido a seguir reforzando el sistema de salud, algo que ya se ha emprendido con la estabilización de miles de puestos de trabajo sanitarios. Asimismo se crea el Centro Estatal de Salud Pública para mejorar la gestión de las emergencias sanitarias. «No vamos a olvidar las lecciones de la pandemia», ha afirmado. Una nueva política agraria, el impulso de placas solares, bombas de calor y vehículos eléctricos, y la eficiencia energética son otros pilares para lograr el objetivo de descarbonizar las Islas, tanto Baleares como Canarias. «100 % renovables, no nuclear ni centrales térmicas» ha enfatizado Sánchez, causando el aplauso de sus diputados.
Finalmente, el impulso educativo de nuevo cuño contará con el «aprendizaje de un nuevo idioma: la programación y la robótica», que implicará la extensión de la competencia digital desde la educación infantil hasta ESO. Ahora que la ola de calor está a la vuelta de la esquina, el presidente ha anunciado más recursos para prevenir y luchar contra los incendios. Propiciar la independencia energética y digitalizar el tejido productivo necesita de la investigación y de la innovación, de modo que se bajarán las tasas universitarias y se extenderán las becas, por las que apuesta su ejecutivo «para activar el ascensor social», ha dicho Sánchez, en plena polémica por las becas para ricos de Isabel Díaz Ayuso en Madrid.