La desesperación de Reyes Rigo y el agotamiento tras una semana de arresto y varios días ya en prisión, que se han prorrogado hasta el próximo 10 de octubre, quedaron patentes en su aparición este miércoles ante un tribunal de Be'er Sheva, que dictaminó la prórroga de su retención por espacio de tres días más, acusada de propinar un mordisco a una funcionaria de prisiones. Acusaciones que la activista mallorquina de la Global Sumud Flotilla, una de las tres embarcadas y la única que no ha sido deportada, niega de manera rotunda, afirmando que actuó en defensa propia tras la agresión por parte de los guardias. Un episodio que recordaron las otras dos isleñas de la flotilla, Lucía Muñoz y Alejandra Fernández, quienes aseguran que Rigo actuó en defensa de una compañera, agredida por los guardas en la prisión de Ketziot.
Un video publicado por el medio de comunicación israelí Ynet muestra a Reyes Rigo accediendo a la sala de vistas. Y haciéndolo con un duro mensaje y grito de socorro: «Me están amenazando, por favor ayudadme», aseguraba ante una mujer que podría ejercer las funciones de intérprete y que la acompañó junto a su abogado ante el tribunal y ante un importante despliegue policial.
Antes de declarar, explica que ha compartido celda con otras dos mujeres, y confiesa que una de ellas le dio «miedo». Tras ello, ante su intérprete y abogado, visiblemente tocada, confiesa que «hubo un señor, no sé si era un político, que me amenazó de muerte. No dejó que mi abogado de turno hiciera su trabajo y me amenazó de muerte», reiteraba la activista en un ambiente de tensión extrema en la sala.
En una breve conversación previa a la vista, la interlocutora de Rigo le pregunta: «¿Sabes quién es la persona?». Acto seguido, la mallorquina responde: «Si me enseñas una foto, puedo decirte si es», a lo que de inmediato interpela la otra mujer instándole a guardar silencio. «No hables nada que graban», finiquitando la breve conversación en la que queda patente el estado de ánimo de Reyes, a quien el paso de los días y la presión parecen pasar factura, unidos al ambiente y el trato denunciado por el resto de activistas que están recibiendo los integrantes de la Flotilla.
En otro momento del encuentro entre Rigo, su intérprete y su abogado de la ONG israelí Adalah, Abu Guerra, la mallorquina reitera que «me tienen amenazada. Me han dicho que no puedo hablar a las cámaras, que sino vuelvo a prisión», espetaba con temor en una audiencia en la que el letrado defensor de la activista reclamó las imágenes del incidente, que se admitió no estaban en posesión de la autoridad israelí.
El Ministerio de Asuntos Exteriores confirmó que el arresto de Reyes Rigo se prolongará hasta el próximo viernes 10 de octubre, asegurando que seguirá muy atento el caso y estará pendiente de todo lo que rodee al estado de la única balear y española todavía arrestada en Israel, que espera una solución rápida para un caso que parece enquistarse. Aunque apuntan los presentes en la sala que la magistrada era partidaria de acelerar su liberación y deportación, que parece que llegará en menos ya de 72 horas.
En la vista ante el magistrado Amir Doron, la policía israelí reclamó cinco días más de detención para Rigo por el delito de agresión, petición que fue desestimada y dejada en tres, pasando el caso a manos de un fiscal que determinará el desenlace a finales de semana. El abogado de Rigo, Abu Gerra, reclamó su liberación y dijo que no había ninguna indicación en el caso de por qué había llegado a la prisión de Tzitzot. «La simple llegada a la prisión de Ketziot es ilegal, es una prisión donde los terroristas ni siquiera almacenan. La orden de tratarlos como terroristas vino de arriba
Cuado vas, a un estado en guerra, has de saber y estar dispuesta a morir, llegado el caso. Y no lloriquear .