El próximo 2 de enero entrará en vigor la nueva Ley Antitabaco, que prohibirá fumar en espacios públicos cerrados, salvo algunas excepciones, así como en las zonas en las que haya presencia de niños o jóvenes, como es el caso de parques infantiles o exteriores de edificios educativos.
Es un tema que lleva fácilmente a un debate en cualquier punto de nuestra geografía y, a pesar de que en otros países europeos hace años que hay leyes parecidas en marcha, en España existe cierto escepticismo en cuanto al cumplimiento de estas nuevas normas.
En Menorca, concretamente, hay algunos ciudadanos que se han posicionado totalmente en contra de esta ley. Aseguran entender que los no fumadores no tienen por qué respirar el humo de los demás, por ello, creen que no se debería prohibir sino potenciar los espacios destinados a fumadores. "Muchos empresarios se gastaron dinero acondicionando sus locales con la normativa anterior, ¿van a devolverles lo invertido?", pregunta uno de ellos.
Si gran parte de los consultados coincide en que los adultos son un modelo a seguir para los niños y que no hay tirar las colillas a los parques infantiles, hay otro sector que opina que fumar al aire libre no molesta a nadie aunque, eso sí, "debería haber más recipientes en los que tirar las colillas".
Por otro lado, un dato curioso es que muchas personas apoyan que no se fume en los locales donde se sirva comida, pero lo que no ven con buenos ojos es que esté prohibido hacerlo en los pubs o las discotecas. "Uno ya sabe a lo que va a un bar. El ambiente es propicio para beber y fumar. Los no fumadores ya saben dónde entran", explicaba una ciudadana, a lo que otra respondía que tiene "el mismo derecho a estar en un espacio de esas características sin convertirse en fumadora pasiva". Otros se preguntan por qué el Gobierno no prohíbe el alcohol, que es igualmente perjudicial.
También los propietarios de los bares temen perder clientela por aquello del "café y el cigarro".
El tiempo dirá si las normas se cumplen o no.