«Nuestra posición es que es una pérdida de oportunidad», así de contundente se ha manifestado este miércoles la consellera de Salut, Manuela García, tras ser preguntada por este diario acerca del anteproyecto de reforma de la ley de tabaco que aprobó el martes el Consejo de Ministros. «Esperábamos que fuera una ley más ambiciosa», ha confesado la responsable de sanidad en Baleares.
García insiste en que las restricciones por sí solas no son suficientes y que la clave está en la educación y en las campañas preventivas desde edades tempranas. «A los jóvenes no hay que hacerles atractivo fumar. Hay que educar, prevenir y concienciar socialmente», considera. Entre sus propuestas, pone sobre la mesa el aumento del precio del tabaco convencional, la prohibición de sabores y colores en los vapers para hacer menos atractivo este producto entre los jóvenes, y en lugar de sancionar, regular de manera más estricta los puntos de venta. En el caso del vaper manifiesta que «si lo encuentra en un supermercado, parece un producto inofensivo, cuando en realidad genera una fuerte adicción.»
Otra de las medidas que según la consellera no se contemplan y hacen falta es el empaquetado genérico, pues como comenta es algo que ha obtenido resultado en países como Francia. Por todo ello, confiesa que «como es una ley que tiene que pasar por el Congreso de los Diputados, pueda ser modificada»
La preocupación del Govern, también se extiende a las bolsas de nicotina, un producto que aunque no genera humo, sigue siendo igual de adictivo. Asimismo, lamenta que se ha optado por prohibiciones aisladas, pero faltan medidas efectivas de protección a la juventud y programas de apoyo para quienes desean dejar de fumar.
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