Tras sufrir un ictus muchos pacientes se replantean si podrán volver a conducir, algunos como Xisca Roig, aunque retomó la conducción tras recuperarse, a los dos meses sufrió un ataque epiléctico al volante debido a las secuelas. «A raíz de eso estuve un año sin poder conducir», declara. «Luego me dieron el alta y a día de hoy ya sí conduzco, aunque al principio lo hacía con mucha tensión y temor», confiesa. «Era como volver a conducir desde el principio», y como agrega «no sentía la misma soltura».
En este sentido, el asesor médico de la fundación INVESPRO, Eusebi Castaño, explica que más que un temor ante este episodio se juntan dos cosas, por un lado el desconocimiento acerca de si su estado de salud les va a permitir volver al volante y por otro lado la necesidad de hacerlo. «Prácticamente cualquier persona puede volver a conducir, lo difícil es conocer los criterios y acceder a las valoraciones adecuadas», informa Castaño con motivo de las jornadas celebradas ayer en Son Espases por el Día Internacional del Ictus.
«Durante un año está prohibido por ley conducir tras un ictus con secuelas. Hay que concienciar al paciente y estudiar qué posibilidades hay después», declara por su parte, la coordinadora de estrategia de ictus de Balears, Carmen Jiménez.
Las dificultades que pueden comprometer la seguridad al volante son los problemas visuales o cognitivos. Aún así, Castaño recuerda que se puede volver a conducir y existen permisos personalizados. Vehículos con controles manuales, asistencia por voz o sistemas de joystick «conducir con un dedo», esclare. «Lo que se intenta es que todas las personas puedan volver a conducir y tengan una buena calidad de vida», comunica Castaño.
Cambio de vida
Muchos son los hábitos que cambian en una persona tras sufrir un ictus. A Xisca Roig la vida le cambió en un abrir y cerrar de ojos a los 50 años. «De repente sentí un dolor insoportable de cabeza, fue muy rápido y en pocos minutos me caí al suelo y perdí el conocimiento», expresa emocionada, asegurando cuatro años después que tuvo suerte de estar en ese momento acompañada de su marido.
«Me desperté al cabo de casi un mes, después de la operación», declara Roig. Hoy ya recuperada sonríe y narra que tras su asistencia en el Hospital Sant Joan de Déu: «supe que no me podía hundir, tenía que trabajar y seguir hacia adelante». Además, afirma que ya es una persona independiente que ha retomado hábitos saludables a pesar de las dificultades que le ha dejado el ictus. «Tardas mucho en asimilarlo, pero sigo trabajando», dice.
Antonia García también se emociona al recordar el accidente después de seis meses. «Estaba de vaciones en Menorca porque mi marido corría una carrera, estaba sentada y al levantarme me desmayé», cuenta añadiendo que «con mucha fuerza de voluntad me he recuperado». Perdió la movilidad de la zona izquierda y fue su familia quien le recomendó acudir al logopeda tras notar que le fallaba el habla. «A pesar de que fue muy difícil, he retomado mis tareas en casa, voy a gimnasia y a caminar». En esta línea, Jiménez señala que «es importante el ejercicio y comer bien».
No haberte vacunado en 2020, 2021, 22........ Causa y efecto