Según la última memoria de actividad del SAMU 061 correspondiente al año 2024 en los últimos seis años se ha atendido a un 42 % más de personas afectadas por paradas cardíacas y muerte súbita en Baleares. Entre 2019 y 2024 se registraron 507 casos- El mayor pico se dio en 2022 con 525 asistencias.
La Fundación Española del Corazón (FEC), la Sociedad Española de Cardiología (SEC) y Cruz Roja Española impulsaron en 2018 una iniciativa pionera a nivel nacional: La app Ariadna. Su objetivo es aumentar la concienciación y desmitificar las falsas creencias acerca de la parada cardíaca dentro de la sociedad con el fin de incrementar la tasa de reanimación cardiopulmonar y desfibrilación por parte de testigos de estos episodios mejorando la supervivencia a las paradas cardíacas que se producen fuera de los hospitales.
Se trata de una app gratuita para dispositivos móviles en la que cualquiera puede registrarse como ‘rastreador’ para localizar y validar la ubicación de desfibriladores, pero también como ‘colaborador’ para hacer la reanimación cardiopulmonar (RCP) en caso de parada cardíaca. En el segundo caso es imprescindible disponer de un certificado oficial de formación en técnicas de RCP.
Seis años después Galicia es la única comunidad que ha integrado sus servicios de emergencias sanitarias en el proyecto Ariadna. Con una tasa de 10 desfibriladores por cada 10.000 habitantes está siete puntos por encima de la media de España. Canarias será la próxima en hacerlo.
El presidente de la Sociedad Española de Cardiología, Ignacio Fernández Lozano, ha explicado a este periódico que la pasada legislatura realizaron gestiones con el Govern para la implantación de la app en Baleares. «Nos reunimos con ellos y quedaron en estudiar las cosas, pero no nos han vuelto a comunicar nada. Hemos tanteado a muchas comunidades y todas nos dicen que es buena idea, pero solo Canarias y Galicia se lo han tomado en serio. En Galicia los servicios de emergencia ya están llamando a voluntarios», relata.
Se entiende que se produce una muerte súbita cuando esta está provocada por una parada cardíaca inesperada y repentina que produce el fallecimiento del paciente antes de que transcurra una hora desde que comienzan los síntomas o cuando la persona se encontraba sana en las 24 horas previas.
Son el 12 % de las muertes por causa natural que se registran en España y el 90 % de ese 12% son personas tienen patologías cardíacas asociadas a factores de riesgo cardiovascular y arritmias malignas.
Quienes tienen edades comprendidas entre los 50 y 80 años son quienes más las sufren (un 77 % de los casos), pero los servicios de emergencia alertan de un aumento de un 10 % en las asistencias a menores de 30 años e inclusos a menores de 18. «Tenemos unos 50 casos de muerte súbita en jóvenes al año en Baleares, entendiendo por jóvenes los menores de cincuenta», explica el doctor Tomàs Ripoll, director del Programa de estudio de la muerte súbita cardíaca en las Islas Baleares (MUSIB) y director de la Unidad de Cardiopatías Familiares del Hospital Son Llàtzer.
El MUSIB trabaja de forma multidispiplinar con distintos profesionales. Además de cardíologos, está integrado por forenses, patólogos, intensivistas, pediatras, genetistas, biólogos, químicos y enfermeras. En Son Llàtzer hay unos 1.500 pacientes con cardiopatías de origen genético en seguimiento.
El director de la unidad centró su tesis doctoral en una cardiopatía que entonces desconcertaba a los profesionales. Detectaban una alta incidencia de muerte súbita en jóvenes en Pollença, aparentemente sin lazos familiares. Con la colaboración del especialista en toponimia Joan Torres, consiguieron conectar los casos con ascendientes comunes dos siglos atrás.
Los registros de muertes súbitas no dejan de crecer en toda España, también en Baleares, ¿Por qué? «Lo que ocurre es que ahora somos más conscientes, probablemente porque los datos se están registrando mejor. Tomar conciencia del problema nos ayuda a hacer algo para prevenirlo y no seguir en la inopia. Antes casi nadie tenía conciencia de ella, pero cuando se ven casos en directo, es cuando trasciende la magnitud del problema», opina Ignacio Fernández Lozano, presidente de la Sociedad Española de Cardiología e impulsor de la app Ariadna..
¿Está Baleares preparada para responder estas situaciones de emergencia? Baleares cuenta en estos momentos con 955 rastreadores de desfibriladores en la red Ariadna. Es la cuarta comunidad con menos rastreadores. Tiene 159 colaboradores titulados y preparados para asistir como voluntarios paradas cardíacas súbitas en su entorno si así se le requiere. El problema es que para que eso ocurra los servicios de emergencia son quienes tienen que darles el aviso, algo que hoy por hoy solo se hace en Galicia. Aunque Baleares es la tercera comunidad con menos colaboradores en la app, está por delante de otros territorios en cuanto a número de desfibriladores automáticos extrahospitalarios.
En este momento hay registradas 797 unidades de Baleares en la app, siendo la séptima comunidad de España que más tiene. Además las Islas disponen de una regulación específica, el decreto 137/2008 de 12 de diciembre que regula el uso de los llamados desfibriladores externos semiautomáticos en centros no sanitarios de Baleares. «Estimamos que los que tenemos registrados en Ariadna son entre el 50 y el 60 % de los que hay en Baleares», explica Lozano.
«En este momento se puede acceder a la app para encontrar las coordenadas y localizar los desfibriladores y eso puede servir por ejemplo para que un ayuntamiento sepa como está respecto a sus vecinos, pero cuando creamos el proyecto en 2008 el objetivo era ir mucho más allá: que el 112 si recibe una llamada de parada cardíaca tenga esos datos integrados en un sistema operativo y pueda llamar a un voluntario para que haga reanimación cardiopulmonar mientras llega la atención sanitaria», añade. «Es lo que queremos hacer y nos cuesta mucho que las autoridades sean conscientes de la importancia, topamos con muchas reticencias y celos, pero los gobiernos autonómicos no tienen la red de voluntarios que sí tiene Cruz Roja, contamos con 70.000 en toda España», sentencia.
Según un informe de la Fundación Mafre y el Consejo Español de Resucitación en España la incidencia media de una parada cardíaca es de 24,8 casos por cada 100.000 habitantes frente a los 55,7 casos que se registran de media en la Unión Europea. No obstante la supervivencia de los pacientes es de un 10,8 % en nuestro país algo más de 3 puntos por encima de la media del continente (7,5 %).
El estudio de Mafre concluye, entre otras cuestiones, que en caso de parada cardíaca los primeros auxilios marcan la diferencia. El tiempo medio de respuesta en Europa es de 12,1 minutos y solo un 25 % de los casos fueron atendidos en menos de 7 minutos. En España el tiempo medio de respuesta es de 11 minutos y únicamente el 23,5% son atendidas durante los primeros 8 minutos.
«Tras cinco minutos sin recibir ayuda, las posibilidades de sobrevivir a una muerte súbita son prácticamente inexistentes», explica el cardiólogo mallorquín Tomás Ripoll. Los pacientes parten con más desventaja si viven en el campo o zonas poco pobladas en lugar de en ciudades.
Vivir en Palma
Un estudio del Ajuntament de Palma impulsado por la Dirección General de Investigación la Salut mapeó hace tres años una a una todas barriadas para medir los niveles de riesgo de sufrir una parada cardiorespiratoria por distritos.
La capital balear tenía entonces 11, 99 desfibriladores externos por 100.000 habitantes. En el registro de centros no sanitarios había en ese momento 293. Entre 2018 y 2022 se registraron 646 PCR EH (maniobras de reanimación).
Las mayores incidencias (muy alta) se daban en Pere Garau, Bonaire, Plaza de Toros, Foners y el Camp de Serralta. Son los barrios más céntricos a los que habría que sumar Son Ferriol y el Coll d’en Rebassa que son los barrios periféricos más afectados.
Unos y otros tienen un nexo en común: una alta proporción de vecinos de más de 75 años y una densidad de población alta.
Cas Capiscol, es Camp Redó, es Rafal Vell, la Soletat sur, es Molinar, Son Ferriol, Can Pastilla y s’Arenal, revelaron incidencias altas. molinar, son ferriol, can pastilla, s’arenal.
En el periodo de estudio (2018-2022) se contabilizadon 639 paradas cardiorespiratorias extrahospitalarias dentro del municipio de Palma, una tasa ligeramente inferior a la de los países del entorno.
El distrito de Playa de Palma fue la zona de más incidencia con 148 durante el periodo y una tasa anual un 75 % superior a la media de Palma.
Es algo que los expertos relacionan con la itinerancia de la población y la presión humana «siendo el factor turístico el de mayor impacto a la vista de las diferencias observadas», concluye el documento.
«Un 40 % de los fallecidos por muerte súbita son turistas. En algunos casos el detonante es el consumo de drogas, que precipita una cardiopatía que tienes aunque no hayas manifestado síntomas. El otro 60 % es población residente», detalla el cardiólogo Tomàs Ripoll.
En 2022 había 362 desfibriladores DESAs registrados en Palma de los que 252 (el 70%) eran móviles. La mayoría se encontraban en lass administraciones públicas (19,3 %), lugares de transporte (17,4 % en el aeropuerto y la intermodal), centros comerciales (17,4 %), y centros sanitarios (11,6%). De ellos 29 estaban en centros sanitarios de atención primaria, 13 en ambulancias y un 5,5 % en dependencias de protección civil y en los servicios de protección de playas. Estos últimos solo en los meses de verano.