El Hestia volvió a competir. Esa es la mejor noticia que se puede extraer de su derrota y consecuente eliminación a manos de Leyma Coruña, que avanza a octavos de final de Copa España para medirse al ganador del CB Zaragoza - Tizona Burgos de este martes (20.30h).
Unos dirán que esta competición era una distracción, otros que era un torneo digno de ser luchado para recuperar sensaciones e inyectarse de moral. Sea como fuere, el Hestia optó por hacer algo que había dejado de hacer en los dos últimos encuentros: competir.
Y eso que el ambiente perezoso —intrínseco, guste o no— de la Copa se trasladó de la grada a la pista en los primeros compases del partido. Arrancó algo espeso, con pocos puntos tanto de los locales como de los visitantes —consumida la mitad del primer periodo, solo 5-6—. Además, el Hestia, con un quinteto inicial marcado por la rotación, salía adormilado en el rebote frente a un Coruña que repetía con los mismos cinco hombres de la partida en el duelo liguero frente a Palmer Basket.
Al punto de cocción
Por eso al partido le costó entrar en temperatura. Tardó, sí, pero en cuanto lo hizo, el ritmo no decayó. Los mates de Arteaga —6 puntos en apenas un par de minutos— y las penetraciones, además de los triples, de Dídac Cuevas (36 créditos de valoración), encontraron el punto de ebullición (14-18), el cual había surgido mediante la cocción de la jugada del primer triple de Vicedo, sobre la bocina después de una circulación pausada y precisa del conjunto de Javi Zamora.
En un día idóneo para los experimentos, Zamora pasó a Adams Sola al ‘4’ —no es ni mucho menos la primera vez—con la salida de Vicedo y el canterano de Estudiantes, cumplidor en todas las posiciones, acercaba al Hestia en el marcador (21-19).
Nada más iniciarse el segundo periodo, Wembi ponía las tablas y sacaba petróleo del juego interior menorquín, que había brillado por su ausencia en todos sus anteriores encuentros hasta la fecha. Sola, atreviéndose a correr y buscar el aro, forzaba la falta a Wembi y el Hestia se ponía por delante (24-23). Resistiendo a las internadas de Cuevas, el Hestia ampliaba la renta con el primer triple de Cone (29-27).
El reverso a tablero de Adams Sola (31-27) forzaba el primer tiempo muerto de Carles Marco y confirmaba la mejoría de la escuadra local, que poco a poco iba llenándose de confianza a partir de la agresividad en defensa, entendiendo cada jugador cuál era su rol atrás y cuándo debía recurrir a las faltas.
Un nuevo triple de Vicedo en una jugada que emulaba a la del primer acierto desde el 6,75m. del exGranada, sumado al que se inventó el centenario Pol Molins (37-29), marcaba la mayor diferencia en todo el partido (+8) para un Hestia crecido. El codazo involuntario de Pol Molins a Guillem Jou y la reaparición de Arteaga, sensacional jugando al pick and roll con un Pol Figueras que no tuvo su mejor noche (-4 créditos de valoración), mantenía arriba al Hestia, pese a que el pívot fallaba de manera consecutiva e inverosímil dos canastas bajo el aro. Así, Littleson mantenía a raya antes del descanso (41-36) a un Coruña que se sostenía gracias a Dídac Cuevas.
Evaporación
Pero como viene siendo habitual en este arranque de temporada, el Hestia se vino abajo a la vuelta de vestuarios con un horrible registro anotador —9 puntos por los 17 de Coruña—. Guillem Jou, con dos zarpazos de mucho mérito desde la esquina (43-42) y Jorgensen apareciendo para vestirse de Cuevas (48-49) remontaban el partido para los intereses herculinos.
Pese a que Sola, Cone y Littleson esta vez sí que se atrevían a pisar la pintura y hundir a la defensa gallega —34 a 32 en puntos en la pintura al término del encuentro—, la nula puntería menorquina puso en bandeja a los visitantes la remontada mediante los tiros libres de Diop (50-53).
A los 17 segundos del último periodo, Javi Zamora lo tenía que parar por la horrenda salida a pista de los suyos, que concedieron dos canastas sencillas en un pispás (50-57). El bajón de intensidad defensiva se hacía notar, mientras que el cuadro de Carles Marco, gracias a un nuevo triple de Guillem Jou (52-60), continuaba estirando la renta.
El choque volvió a medir a sus protagonistas: Jorgensen corriendo y rompiendo a Figueras, con Arteaga, poderoso en la pintura, falló bajo el aro. Vicedo acudiría al rescate con otro triple clínico (66-68) secundando a un Jalen Cone excelso en el lanzamiento de tres y empeñado en demostrar que cuanto menos tenga que pensar, mejor.
La más que discutible antideportiva a Littleson activaba de nuevo a Dídac Cuevas, quien acabó de desequilibrar el partido con un triplazo desde el logo (68-75). Con solo una posesión restante, ambos entrenadores sacaron a los jugadores que aún no habían participado y cerraron el encuentro (68-77).
Ayer se vio a un equipo que jugó a lo que le tocaba, e incluso tuvo la posibilidad de llevarse el partido. Pese a los errores finales de Víctor, el pívot realizó un buen encuentro, al igual que Wemby. Coincido con los comentarios de otros artículos en que falta un base, aunque también hay que reconocer que ayer Molin hizo su mejor partido en mucho tiempo. Veremos este sábado si seguimos con esta buena dinámica, que ahora viene nuestra liga.