Hugo González de Oliveira (Palma, 1999) se ha convertido en el primer deportista balear en ganarse plaza nominal para los Juegos Olímpicos de París 2024, que arrancan justo dentro de un año. El nadador palmesano lo hizo, además, ganando su serie de semifinales en los Campeonatos del Mundo de Fukuoka (Japón) en los 200 metros estilos, con una marca de 1:56.58 que le permite obtener la mínima fijada por la RFEN y refrendar la marca ya obtenida en las clasificatorias de la mañana, en la que paró el crono en 1:58.47, aunque en las semifinales debía bajar o igualar 1:57.94 para poder obtener la clasificacion olímpica que le ha llegado tras una progresión excepcional.
El nadador, de 24 años, garantiza así su primera plaza olímpica a la natación pura española y logra a la vez la primera clasificación individual para una final en los Mundiales de Fukuoka, superando en su serie al japonés Seto y partiendo en la gran final del jueves con el cuarto registro de referencia, sólo superado por el francés Leon Marchand, que logró el mejor crono con 1:56.34, seguido por el británico Ducan Scott (1:56.50) y el estadounidense Carson Foster (1:56.55).
González, que ya fue olímpico en Río 2016 y Tokio 2021, ya sabe lo que es nadar una final olímpica, después de acabar sexto en los 100 espalda en la capital japonesa, logrando el diploma, además de finalizar undécimo en los 200 estilos, en los que selló el primer billete isleño para París 2024, estrenando de esta manera la delegación balear en la cita que arrancará el próximo 26 de julio en la capital francesa y en la que la natación asegura el primer pasaporte olímpico para las islas.
«Era lo que buscábamos, un objetivo conseguido. Va a ser una final rápida, pero para eso hemos venido, para disfrutar de los mejores nadadores del mundo y la nadaremos con ganas», aseguraba Hugo González. «Me he sentido mejor que por la mañana y que en el 100 espalda y creo que podemos tener nuestras opciones», añadía el balear, quien tiene claro que Marchand está «un paso por delante de los demás», aunque deja abierta la batalla por la plata y el bronce «que va a estar igualadad, las diferencias van a ser mínimas», admitiendo su felicidad al ver que «sale a la luz todo el trabajo que hay detrás».