Unas cien personas, en su mayoría mujeres, se reunieron ayer por la tarde en la Plaza de la Biosfera de Maó, frente a la sede del Consell, para manifestar a través de la música y el baile su adhesión a la causa "One billion rising", que de forma coordinada en unos 200 países del mundo y unas cuarenta ciudades de España reclama con una sola voz el fin de la violencia en general y hacia las mujeres en concreto.
La cita era a las 19 horas. Se empezó con la lectura de un manifiesto en el que se exigía el fin de todo comportamiento que conlleve la violencia. La reclamación tiene un claro componente femenino, desde la condición de mujeres y madres, pero se extendía a toda la humanidad reclamando la complicidad de los hombres.
Acto seguido empezó el baile. Para romper el hielo, porque frío hacía, las integrantes de Báilame se pusieron al frente de un par de coreografías que siguieron buena parte de los animosos presentes. No se sumó al grupo pero sí siguió el ritmo a pocos metros la consellera de Asuntos Sociales, Aurora Herráiz. Se creó un buen ambiente de complicidad.
Tras unos instantes de descanso, irrumpieron en la plaza las bailarinas de la escuela de Ute Dahl, que paraguas en mano, los mismos que emplearon en la rúa del sábado, volvieron a darle marcha al asunto. La fiesta se prolongó hasta avanzada la noche.