Durante los dos meses de las vacaciones de verano, septiembre y los primeros veinte días de octubre, la Oficina de Escolarización de Menorca ha tramitado 312 matriculaciones fuera de plazo en las distintas etapas de educación obligatoria y Bachillerato. La cifra es más alta de lo habitual, en parte por un fenómeno relativamente nuevo. Más de 40 inscripciones extemporáneas corresponden a alumnos de origen extranjero que en su día ya estuvieron en la Isla pero que se marcharon a causa de la crisis económica. Ahora, varios años después, estas familias regresan con la expectativa de que las cosas hayan mejorado y puedan encarrilar aquí su vida.
Ernest Fortuny, responsable de la Oficina de Escolarización, asegura que este alto volumen de retornos ya se produjo el año pasado en un volumen similar. «Pero hace dos años no pasaba». La diferencia, señala, es que en el curso anterior se frenó con el otoño, algo que ahora no está sucediendo. «El goteo es constante», apunta.
De las 312 matriculaciones fuera de plazo constatadas por la Oficina desde el 1 de julio, la mayoría son movimientos internos, entre municipios (171) u otros. 129 son altas en el sistema educativo menorquín: 58 españoles recién llegados a la Isla, 24 extranjeros y 47 que corresponden a los mecionados retornos, además de las reagrupaciones. Estos 47 no aparecen como extranjeros recién llegados en las estadísticas de la Conselleria de Educación, elaboradas con el programa telemático Gestib, porque o bien tienen DNI reciente (reagrupados) o bien constan, y son la gran mayoría, como menorquines al haber estado ya matriculados en un centro educativo balear con anterioridad, explica Fortuny, quien perfila los fríos números con un análisis caso a caso.
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