A mediodía de ayer se habían recogido ya un centenar de firmas en algunos de los establecimientos consultados. «El 90 por ciento de los que entran miran las hojas y firma», comentaban desde Loteries Ferreries. En otra panadería la respuesta era similar, el vecindario se unió de este modo en su protesta contra el recorte horario del centro de salud.
Por la tarde, coincidiendo con la consulta en el Auditori de Ferreries, casi una veintena de vecinos protestó a la entrada con una pancarta alusiva a la defensa de la sanidad pública. La Policía les tomó los datos aduciendo que la manifestación no estaba autorizada.
Otras 18 personas escuchaban en el interior las explicaciones de Romà Julià, gerente del Área de Salud; Txema Coll, director de Atención Primaria y el coordinador del centro de salud. Estaban representantes de los grupos políticos y miembros del Consell Municipal de Acción Social.
A esas alturas todo el pescado estaba vendido, se trataba de dar a conocer los cambios, cinco horas semanales más para consultas y más tiempo para coordinación y formación. Salud había prometido ser receptiva a cualquier propuesta encaminada a mejorar la calidad de la atención, que es el objetivo perseguido con la reorganización.
«En sanidad y en educación se ha de sumar en los pueblos, nunca restar», proclamaba una de las manifestantes, aunque admitía después que no se puede tener médico las 24 horas como le gustaría.
La concejala de Servicios Sociales, Enriqueta Camps, reconocía por la mañana que debía haberse explicado antes, «la reorganización puede ser mejor, no lo discutimos, pero el debate era previo. Nosotros pedimos más atención programada y han dicho sí, queremos ver esa ampliación del tiempo de consultas», apunta.
Sabe que hace tiempo que había problemas con el horario y que se ha buscado una solución más eficiente, «nosotros insistimos en que lo que nos interesa es que el servicio funcione mejor, creo que es un reto que debemos compartir todos», reitera en línea con el mensaje transmitido desde el Ayuntamiento los últimos días. Sabe que el tiempo y la experiencia que comienza ahora determinará el acierto o no del cambio.
Por su parte, el vecindario se ha movilizado con discreción en la campaña de recogida de firmas. Un recorte horario es un mal título para cualquier servicio público, sobre todo si es sanitario, pero algunos son partidarios de dar un voto de confianza.