Cualquiera podría decir que se les ha ido de las manos, tanto a la empresa propietaria como a la promotora o a las que ejecutan las obras del primer hotel de la marca Gran Melià en Menorca, en la Avingunda Principal de Sant Tomàs, sin que el Ayuntamiento de Es Migjorn haya podido frenarlo. La urgencia por terminar el establecimiento esta misma semana ha provocado un caos en la urbanización que se arrastra desde hace cuatro meses.
Lo cierto es que a 13 de julio, en plena temporada alta, maquinaria pesada alteraba el descanso de turistas y residentes para asfaltar la calzada del entorno del establecimiento. Fue una prueba más de las que han causado indignación entre los afectados por las incomodidades de estos trabajos, tanto los veraneantes, menorquines con segundas residencias en la urbanización, como empresarios y comerciantes que aseguran haber sufrido cancelaciones por mensajes aparecidos en redes sociales alertando del territorio comanche en que se encuentra este verano.
El uso de esa maquinaria inunda la vía principal de Sant Tomàs. Camiones y máquinas ocupan la calle y el material se deposita en las aceras ofreciendo una imagen ciertamente impropia de un lugar turístico a estas alturas del verano. A ello se suma el ruido inevitable, la acumulación de obreros que dificultan el tráfico rodado y el de peatones hasta convertirlo en un lugar inhóspito si de lo que se trata es de descansar.
«Es todo un despropósito, las molestias son tremendas, ocupan la calle sin control, casi no se puede pasar en coche y andando y cuidado que no te caiga algo encima», explica el propietario de un chalé de la zona. «Y lo malo es que nadie hace nada, cuanto este tipo de obras están prohibidas en plena temporada», añade.
Un empresario de Sant Tomàs revela que «la comprensión que tenemos por un hotel que a la larga será beneficioso para la urbanización, tiene unos límites». Añade que deben respetarse los horarios «pero no lo hacen porque empiezan a las 7, es un abuso por muy flexibles que queramos ser, no todo vale». Incluso explica que, en su determinación por acabar el hotel mañana viernes, también hay operarios que trabajan por la noche, «a la 1 de la madrugada los oyes». El problema se agudiza porque, además de presentar las denuncias por escrito al Ayuntamiento, «no hay a quien dirigirse porque las empresas no son menorquinas y se pasan la pelota una a otra cuando les decimos que dejen de hacer esto o lo otro».
El hotel cinco estrellas de gran lujo, de nombre Villa Le Blanc, fruto de la reforma integral del Sol Beach House Menorca, propiedad de la sociedad Victoria Hotels& Resorts, creada en 2021 con participación de Meliá, Bankinter, y otros inversores, debe abrir sus puertas este viernes, según las previsiones. Esa es la aspiración del equipo de gobierno municipal que preside Antònia Camps porque «lo único que deseamos es que acaben y se vayan», explica el regidor de Urbanismo, Ramón Verdú. Admite que estas han incumplido las ordenanzas por actuar con maquinaria pesada y ocupar la vía pública, «sin pedirnos ninguna autorización para ello, porque del 15 de junio al 30 de septiembre solo pueden trabajar de 8 a 2 y sin este tipo de maquinaria». Añade que las empresas se han disculpado por estos hechos «pero como ya acaban solo queremos que se marchen y no vuelvan».
Tres expedientes abiertos
La reacción del Ayuntamiento ha sido abrirles tres expedientes que responden a la cincuentena de quejas por escrito recibidas de parte de afectados, dos de ellas por usar la maquinaria y otra por ocupación de la vía pública.