Menorca está empezando a asomar la cabeza entre la jet set y cada vez hay más indicadores que lo atestiguan. El aumento de la presencia de inversores de alto nivel en el mercado inmobiliario, la apertura de establecimientos de alojamiento de máxima categoría, la entrada en el mapa artístico internacional con la inauguración de referentes como Hauser & Wirth, su alta gastronomía cada vez más reconocida y su posicionamiento como territorio refugio durante la pandemia configuran un cóctel que se ha empezado a apreciar con fuerza entre los más adinerados. Esa tendencia tiene su reflejo en un importante incremento de la llegada de aviones privados al Aeropuerto de Menorca.
En los primeros seis meses del año el número de movimientos de la llamada aviación ejecutiva, la que no comparte ni filtros de seguridad, ni mostradores de facturación, ni puertas de embarque con el resto de pasajeros, ha alcanzado los 781 entre aterrizajes y despegues, lo que representa un incremento del 17 por ciento en relación al mismo periodo del año pasado y del 77,9 por ciento en comparación con los seis primeros meses del año previo a la pandemia, 2019.
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