En cuatro días se ha materializado una operación que ha cambiado la estructura electoral del PP en Menorca. Orgánicamente todo sigue igual, Misericordia Sugrañes sigue siendo la presidenta, pero los acontecimientos le han quitado la autoridad inherente al liderazgo, discutido a puerta cerrada en algunos ámbitos del partido y abiertamente por los presidentes locales.
Estos han canalizado el descontento que suponía su candidatura al Consell después del resultado cosechado cuatro años atrás, el más bajo de los populares en las dos últimas décadas al caer por primera vez por debajo del 30 por ciento de los sufragios y haber pasado de cinco a cuatro escaños.
Aunque los factores que intervienen son diversos, el cartel electoral tiene una influencia indudable y acostumbra a ser la primera causa a señalar en los análisis. El PP ha optado por reaccionar aparentemente a destiempo, pero con el convencimiento de que el lapso restante hasta la convocatoria de las elecciones es suficiente y que la unidad en torno al nuevo candidato borrará las huellas de una crisis que teóricamente se ha superado en cuatro días.
Los presidentes de las juntas locales han sido los principales actores de una rebelión a la que la propia Sugrañes ha optado por no hacer frente. Su determinación de «ponerse a un lado» ha facilitado la solución, que rápidamente fue animada por la dirección regional. Algunas fuentes muestran convencimiento de que Palma apoyaba en la sombra esta operación y ha tenido un efecto pinza. La secuencia de los acontecimientos lo avalan.
Sugrañes lleva seis años al frente del partido, fue reelegida en marzo de 2021 sin rival y por aclamación. Los más afines a ella y ortodoxos con la tradición del partido consideran que esa reelección daba por sentada su candidatura a la primera institución insular o, en todo caso, aquel era el momento para discutirlo.
El apunte
Jordi López, el hombre de Prohens en Menorca, número 1 al Parlament
El favorito de los afiliados del PP para encabezar la lista del Consell será el número uno de la lista al Parlament. Jordi López Ravanals (Tortosa, 1969) es el hombre de confianza de Marga Prohens en Menorca y es también el nombre que suena como futuro miembro del gobierno regional, si las urnas así lo determinan.
Tanto su perfil profesional como su todavía breve trayectoria política le otorgan un perfil bien valorado en ambos ámbitos. Procede del sector privado como directivo de Recursos Humanos en diferentes empresas, trabajo al que se dedica actualmente tras dejar el Senado de forma precipitada apenas un año después por la enfermedad de un compañero. Consideró entonces que no resultaba ético, aunque fuera legal, compaginar la representanción en la Cámara Alta con la actividad privada.
Su candidatura, siendo entonces un desconocido en la política menorquina, permitió al PP recuperar el escaño del Senado en las últimas elecciones generales de noviembre de 2019. El relevo de Company por Prohens, con la que muestra más compatibilidad y afinidad en la manera de entender la política, ha facilitado su posición de un liderazgo que, no obstante, ha de consolidar.