Tras casi ocho años de espera, desde que se paralizaron en el verano de 2015 las obras del tramo de Maó y Alaior de la carretera general, el puente de L'Argentina ya está acabado y lo más probable es que a partir de la semana que viene se abra a la circulación. Eso lo determinarán los resultados de las pruebas de peso y resistencia que este jueves se hicieron sobre la estructura que los menorquines han visto durante tanto tiempo a medio acabar.
El jueves tres camiones de gran tonelaje estuvieron varias horas encima de lo que conocemos como el puente de L'Argentina. Si los resultados de las pruebas, como es de esperar, son positivos, solo faltará instalar la señalización vertical y pintar la horizontal, para que la semana que viene pueda abrirse al tráfico.
La estructura, que está cubierta de 25 centímetros de espesor de asfalto, tenía que estar lista para la circulación en un primer momento para enero. Después se dijo febrero, y al final será a mediados de marzo. El motivo esgrimido por el Consell de este nuevo retraso fue el exceso de humedad que dificultaba los trabajos de compactado de la tierra y del asfaltado.
No ha sido la única demora que sufre el proyecto de este tramo, una vez el tripartito decidió a mediados de 2020 conservar este puente y derribar solo el de Rafal Rubí, no sin antes provocar una crisis entre los socios debido a las diferencias entre los socios sobre si se tenían que derrumbar las dos estructuras. La primera licitación de las obras, de hace un año, quedó desierta. Se abrió una segunda convocatoria, y las obras para reformar los 2,5 kilómetros que separan la entrada de Alaior de L'Argentina se adjudicaron a la UTE formada por las constructoras menorquinas Copcisa, Construcciones Olives y M. Polo por 3,27 millones de euros. Las obras empezaron finalmente en la segunda quincena del pasado septiembre, y en principio tienen que estar listas en junio.
El apunte
El Consell busca alternativas para pagar la carretera
Caducado el convenio de carreteras, el Consell ha asumido que tendrá que buscar alternativas para financiar las obras pendientes, que son siete kilómetros del tramo Maó-Alaior y los aproximadamente 14 del tramo central entre Alaior y Ferreries. Así lo reconoce la consellera de Movilidad, Montse Morlà, quien de momento señala que las obras en marcha, los 2,5 km entre L’Argentina y Alaior, puente incluido, tendrán que ser pagadas con fondos propios de la institución. El REB es la alternativa heredera del antiguo convenio, pero implica una tramitación más complicada.
No hay más obras a la vista salvo la continuidad de las obras en marcha en sentido Maó, aunque estas han de cumplir requisitos que de momento van lentos. Uno de ellos es el estudio de impacto ambiental que, una vez aprobado definitivamente el PTI -que se sigue retrasando- ha de justificar la demolición del puente de Rafal Rubí.