Antoni Gordi, representante del Colegio de Aparejadores en la Comisión Municipal de Patrimonio, ha vivido de cerca el proceso frustrado para avanzar en la modificación del Pepcha. Recuerda que ya en tiempos del alcalde Chiqui de Sintas plantearon la necesaria unificación de toldos y cartelería que el plan no distinguía entre edificios catalogados y el resto. «Lo hablamos con él y en un mes tuvimos la propuesta hecha, pero ahí se quedó».
En opinión del veterano aparejador, uno de los problemas derivados de este plan ha sido y es «la manifiesta falta de capacidad o de voluntad para hacer cumplir las normas». Insiste Gordi en que «no existe control ni revisiones, y el Ayuntamiento no ha hecho nada para que se cumpliera».
Llegados a la modificación puntual que decidió el equipo de gobierno hace un par de años, «realizamos un trabajo para incorporar lo que consideramos que se debe modificar, muy parecido al de los arquitectos, pidiendo que el tema de toldos y cartelería ocupara un capítulo nuevo». Añade que cuando alguien abre un negocio, ni en el documento de actividades ni en la licencia de apertura aparece lo concerniente a toldos y cartelería, lo que aumenta el descontrol.
Al colectivo profesional le inquieta especialmente las contradicciones de la normativa y que se resuelva la prioridad de la documentación exigida, «porque no sabemos cuál vale más, el plan, la ficha o la normativa, y depende de la interpretación del técnico de turno».