Gustau Liz, uno de los residentes en el casco histórico de Ciutadella ejemplifica el perjuicio que supone en algunos casos las limitaciones del Pepcha y su unificación. Explica que no puede disponer de fibra óptica porque no puede haber tendido de cables «pero resulta que el casco antiguo está lleno de ellos sin que nunca se haya corregido».
Su caso es más llamativo porque reside cerca del colegio Salesiano que sí está dotado de fibra óptica, para lo que fue necesario hacer una excepción. «Pusieron la conexión frente a mi casa, levantaron toda la Plaza Federico Pareja para pasar la fibra hasta el colegio, y resulta que no pueden elevarla un metro hasta mi puerta para que llegue a mi domicilio», se lamenta.
Ante estas limitaciones los vecinos buscan soluciones, en muchos casos individuales, para poder tener la misma alta velocidad en conexiones a internet que tienen los que no viven en las zonas más restringidas. En muchas ocasiones, sin embargo, estas empresas startups son limitadas en cuanto a sus prestaciones.
KapakSí, qualsevol pont montar una «empresa» d’aquest tipus de Wi-Fi. Basta pagar a un o varis 3rs perque contractin a nom seu una o dues fibres de client final per les rodalies del nucli antic, posar un AP dalt es terrat i començar a revendre accessos cap aquests AP. Mira que fàcil. Massa i tot. I dius «tercermundista». Davant qui? Perque jo he viscut sempre amb aquest panorama i l’he acceptat mentrestant funcioni. I el turisme ha proliferat del no-res fins a nivells insòlits amb aquest aspecte «tercermundista» de base. Llavors, a qui deu molestar? Si tothom es responsabilitzés de tenir els cables ben ordenats a les seves respectives façanes, tot tindria millor aspecte.