Los primeros cálculos sobre el sobrecoste que implicará la consolidación del edificio ‘Verge del Toro' hablan de entre tres y cuatro millones. Esa cifra supone en la práctica un desvío de más del 25 por ciento sobre el presupuesto con que el que se firmó el contrato de las obras con Acciona el año pasado, que asciende a 11,99 millones.
El IB-Salut tiene el problema sobre la mesa desde enero y todavía no ha autorizado el necesario modificado del proyecto. Tampoco ha ofrecido explicaciones ahora, una vez se ha sabido que el encarecimiento no será del 10 por ciento como se había estimado entonces.
Fuentes relacionadas con la obra apuntan a la negociación entre los responsables de la dirección de los trabajos y los técnicos de la administración autonómica, promotora del proyecto, respecto a la asistencia técnica derivada de la modificación como causa de la dilación en autorizar el gasto sobrevenido.
El IB-Salut cuenta con fondos europeos para financiar las obras adjudicadas de acuerdo con el proyecto inicial, pero probablemente deberá hacer frente con recursos propios a los costes añadidos por los fallos estructurales descubiertos al acometer el derribo de la estructura interior y, en suma, el vaciado del viejo edificio que se ha llevado a cabo.
Se empezó por la fachada
El edificio está dañado como consecuencia de su larga vida de actividad durante 60 años, las sucesivas reformas sufridas en varios periodos y la larga década de abandono, pero los técnicos que trabajan en la obra sostienen que es un edificio sólido.
Una de las aparentes incongruencias estriba en que no se comenzara por la estructura del edificio antes de acometer la limpieza de la fachada y reforma de la cubierta. Esa fue la primera fase de la rehabilitación del antiguo hospital, ejecutada con 2,4 millones de presupuesto y un concurso de adjudicación convocado bajo esas premisas.
La mejor noticia respecto al proyecto de transformación del antiguo hospital es que las obras ni se han detenido ni han ralentizado el ritmo, aunque el descubrimiento de los fallos estructurales ha obligado a cambiar la programación y el desarrollo de las mismas.
Se trata de una de las iniciativas estrella de este mandato en Menorca por parte del Ejecutivo de Francina Armengol, quien no pierde oportunidad de referirse a ella en las comparecencias públicas sobre la acción del Govern en estos últimos cuatro u ocho años. Esa parece una de las razones, si no la principal, para que las obras sigan adelante de acuerdo con el contrato firmado con Acciona en junio del año pasado con el objetivo de que estén concluidas en 2024.