El retraso de la edad de la maternidad en las mujeres es una realidad social y constituye un desafío médico, ya no es infrecuente que parejas o mujeres solas requieran ayuda profesional para lograr un embarazo y tener descendencia. El año pasado en Menorca 55 mujeres fueron derivadas por los servicios de ginecología del Área de Salud al Hospital Universitario Son Espases de Palma para iniciar el procedimiento de Fecundación In Vitro (FIV).
La reproducción asistida se incluye en la cartera de servicios comunes del Sistema Nacional de Salud (SNS), es decir, entra en la sanidad pública si se cumplen ciertos requisitos, pero en el caso de la FIV hay que trasladarse a Mallorca. El Hospital Mateu Orfila no ofrece este tratamiento, que es complejo y requiere de unas instalaciones específicas, como un laboratorio donde especialistas embriólogos manejan los gametos masculinos y femeninos y llevan a cabo la fecundación.
La inclusión el año pasado de ese más de medio centenar de mujeres en el programa generó un total de 416 desplazamientos a Mallorca, al hospital de referencia, a donde hay que acudir para que se realicen las punciones foliculares para extraer óvulos, los controles de la medicación, las transferencias de embriones a la madre y todas las pruebas que requiere el proceso hasta que, si llega a buen fin y se produce el embarazo, la mujer ya continúa sus revisiones con su ginecólogo en Menorca.
Pero el procedimiento no tiene garantía de éxito, y en el caso de las pacientes que lo siguieron en 2022 en la Isla, menos de la mitad consiguió gestar ese bebé que anhelan y por el que algunas parejas llegan a las consultas con grandes dosis de ansiedad y frustración. Los tratamientos de reproducción humana asistida se ofrecen en la sanidad pública con fines terapéuticos, preventivos y especiales.
El primer supuesto es el de las parejas que tienen un trastorno documentado de la capacidad reproductiva, un diagnóstico, y que sin el uso de anticonceptivos y tras un año de relaciones como mínimo, no logran la gestación.
En el segundo, la FIV se aplica para prevenir la transmisión de enfermedades o trastornos genéticos, y en el tercero, el de las situaciones especiales, se incluye la selección embrionaria con destino a tratamiento de terceros y la preservación de gametos o preembriones para uso diferido, para preservar la fertilidad de pacientes con patologías que ponen en riesgo su capacidad reproductiva o que se someten, para superarlas, a tratamientos tóxicos para los gametos.
En el caso del uso diferido la transferencia también tiene límite de edad, mujeres menores de 50 años siempre y cuando no tengan patologías que sean un riesgo para su salud o la del bebé y siempre por indicación médica, no únicamente a petición propia del paciente, según especifica la cartera de servicios del SNS.
Tres intentos
La sanidad pública cubre tres intentos de fecundación in vitro, aunque puede haber más ciclos con estimulación ovárica, explican desde el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Mateu Orfila. En cada intento el proceso es la estimulación ovárica, la punción folicular para extraer los óvulos, la fecundación en el laboratorio y la transferencia de los embriones a la mujer, a la espera de que estos prosperen y se dé el esperado embarazo.