El caravaning tiene tantos usos como personas lo quieran practicar: desde recorrer la Isla de vacaciones, durmiendo cada noche en un lugar diferente, bajo los pinos o las estrellas, a vivir en el vehículo sin moverlo de sitio como si fuera una casa, mientras se trabaja en la temporada turística. La tendencia sigue creciendo en Menorca, en un contexto de difícil acceso a la vivienda más convencional.
Cada vez se ven más casas rodantes por la carretera: autocaravanas -de mayores dimensiones y con comodidades como cocina y baño completo-, roulottes o caravanas y furgonetas cámper o camperizadas -automóvil con mobiliario básico para ser usado como vivienda-. Embarcan y desembarcan de los ferrys, estacionan en zonas urbanas o polígonos y por supuesto están estacionadas al atardecer cerca del mar, con sus pasajeros-habitantes preparando la cena mientras disfrutan de la puesta de sol.
Enric Barber Ponsetí, copropietario junto a su hermano de Autocaravaning Menorca desde 2017, confirma el aumento de la demanda de sus cuatro autocaravanas de alquiler. Durante la pandemia también «muchos menorquines lo han probado un fin de semana y han comprobado lo cómodo que es cargarlo todo desde casa, la ropa por si hace frío, por si hace calor, juguetes para los niños...». Entre sus más de 500 clientes en seis años, el perfil mayoritario son familias de la Península, entre 25 y 55 años con uno o dos hijos. También parejas y algún pequeño grupo de amigos.
Antes de entregar una autocaravana de alquiler explican con un mapa de Menorca y durante más de una hora, qué carreteras son ideales y cuáles no son recomendables para las dimensiones del vehículo, dónde se puede y dónde no se puede acampar, es decir, sacar sillas y mesas o extender los toldos. El estacionamiento es otra cosa, y está permitido en cualquier plaza de aparcamiento como un vehículo cualquiera y se rige por las señales de tráfico. Dónde verter los residuos de agua sucia. Enric destaca de los usuarios del caravaning que son «gente que administra muy bien el agua, los residuos. Cuidan la naturaleza porque quieren estar en ella y buscan la tranquilidad, que es la esencia de ir en autocaravana».
Este sábado se celebraba en Punta Prima el primer encuentro de caravaning en Menorca, en la zona habilitada para que estos vehículos puedan quedarse un máximo de dos o tres días seguidos, dependiendo de las fechas, y con servicio de agua potable y punto de vaciado de aguas grises -agua con jabón de fregar y asearse- y aguas negras -las que recoge el WC-. También hay puntos especializados para el caravaning en Es Mercadal, Ferreries, Ciutadella y en los dos campings de Alaior y Ferreries.
Ni el nivel económico, ni los intereses particulares vienen determinados por alojarse o viajar en una caravana. A algunos les gusta el senderismo, a otros cocinar, leer, hacer kayak o montar a caballo, las fiestas de los pueblos o los buenos restaurantes. Hay quien lo practica por primera vez en un vehículo de alquiler, a razón de entre 100 y 200 euros por noche, y quien lo convierte en el sueño de su vida invirtiendo decenas de miles de euros en una casa móvil con todas las comodidades domésticas, desde una buena ducha hasta una bodega bien surtida. Todo es cuestión de prioridades y del gusto por desplazarse, viajar, cambiar de escenario y seguir como en casa.