El Ayuntamiento de Sant Lluís estima unos ingresos brutos por la actividad de bar-restaurante en Los Bucaneros, en la playa de Binibèquer, de 328.000 euros anuales, y un beneficio neto por temporada de 85.000 euros. Su intención es hacerse con la concesión en dominio público marítimo-terrestre que solicitó en agosto de 2022 –siete meses después de que lo hiciera la familia que ostentó la concesión hasta 2021–, por un canon anual de 9.816 euros, y sacar el chiringuito a concurso. El Consistorio sigue adelante con el proceso para explotar Los Bucaneros.
El pasado día 12 remitió a la Demarcación de Costas del Estado en Balears los documentos requeridos por dicho organismo para otorgarle la ocupación del emblemático espacio en Binibèquer. Aporta un informe de la agencia balear del agua, Abaqua, en el que se acredita que no hay una fosa séptica sino uno pozo de bombeo y conexión de Los Bucaneros y los baños a la red municipal de saneamiento; y justifica que no es necesario un proyecto técnico ni obra civil para reparar los baños públicos dañados en un incendio ya que se trata de una instalación modular que se retirará y será sustituida por una nueva en el momento de que la concesión sea municipal. El Ayuntamiento aguarda ahora una respuesta de Costas.
En el pleno del pasado día 2 la Corporación aprobó la aceptación de las condiciones y prescripciones determinadas por Costas, dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica, para obtener la concesión.
El cálculo de los costes e ingresos derivados del negocio playero forma parte del proyecto que Sant Lluís elaboró en el momento de presentar su solicitud, en agosto de 2022, en competición con la familia concesionaria. En dicho documento le otorga un valor de 53.000 euros a las instalaciones y edificios existentes, sobre una superficie de 85 metros cuadrados de los cuales 15 metros cuadrados son los aseos públicos, que ya venían funcionando con los anteriores concesionarios hasta el incendio ocurrido en septiembre de 2022. Ahora, como Los Bucaneros, están cerrados.
La religión es exprimir a quien trabaje el local. La administración, bien gracias, colección de vividores rascándoselas. Dejen ganar a quien labora sin exigir extremos que nosotros los clientes somos los ahuyentados por abuso de precios. Quieren más dinero, trabajen !