El presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, recibió este jueves la visita institucional del capitán de fragata Federico Santiago Pérez, comandante naval de Maó, con el que, entre otros asuntos, abordó la posibilidad de suscribir un convenio de colaboración para que se pueda habilitar un espacio en la Base Naval del puerto de Maó como polvorín para almacenar los fuegos artificiales que los ayuntamientos usan para sus fiestas patronales.
Esta opción ya ha sido explorada en los últimos años ante la ausencia de un polvorín para guardar en condiciones de seguridad el material pirotécnico. De hecho, en el anterior mandato, el Consell ya había hecho un cálculo del coste que supondría habilitar un espacio como polvorín, unos 100.000 euros, aunque finalmente no cristalizó ningún acuerdo, por lo que los municipios deben utilizar fuegos artificiales de potencia reducida.
El uso de fuegos artificiales es un año más motivo de debate ya que la normativa es cada vez más estricta y las condiciones meteorológicas hacen más complicado su uso con todas las garantías de seguridad. El último ejemplo se ha vivido en las fiestas de Sant Jaume de Es Castell, en las que se tuvo que suspender la primera sesión de fuegos artificiales por el elevado riesgo de incendio. Los alcaldes han evaluado alternativas a los fuegos artificiales como espectáculos de drones luminosos.