Menorca despertará este viernes con una nueva alerta meteorológica activa por mal tiempo, pero con menor inestabilidad. Se avisa de rachas de viento de hasta 60 kilómetros por hora y olas de cuatro metros. Un oasis, pese a todo, después de 48 intensas horas de tramontana que han dejado cerrados e inoperativos los puertos de Maó y Ciutadella.
La incomunicación marítima de Menorca se acabará a las cinco y media de la mañana, cuando está previsto que, con el puerto de Maó ya reabierto desde media mañana de ayer, recale el ferry ‘Golden Bridge' de GNV, comercializado por Trasmed. Una hora más tarde, poco antes de las siete, llegará a Ciutadella el ‘Abel Matutes' de Baleària. Ambos repletos de las mercancías acumuladas desde el martes en los puertos de Alcúdia y Barcelona.
Quienes más los esperan son los transportistas que, tras haber permanecido parados durante casi tres días, a partir de hoy deberán trabajar a destajo para realizar todos los repartos pendientes.
Solo en el barco de Baleària que anoche zarpó de Barcelona viajan 40 tráilers de Mascaró Morera, el triple de lo habitual, lo que obligará a la empresa de transporte a movilizar todo su personal. «Activaremos más de una veintena de conductores, y no serán suficientes para descargar toda la mercancía», asegura el jefe de tráfico, Ramón Pieres.
Alimentos perecederos
El objetivo es llegar cuanto antes desde el dique de Ciutadella hasta las naves de la empresa en el polígono La Trotxa de Alaior para agilizar el posterior reparto de productos comestibles y perecederos dentro de Menorca. Así, después podrán llevar los camiones vacíos de vuelta al puerto y emprender un nuevo viaje a Mallorca y Barcelona para recargarlos.
En el centro logístico de Seur en el polígono de Maó se espera también una jornada maratoniana. Las instalaciones, que han permanecido prácticamente vacías durante los tres últimos días, se llenarán desde hoy de actividad para descargar y repartir los cuatro grandes camiones llenos de paquetes que han estado parados desde media semana en Barcelona.
Toda la plantilla más la de refuerzo, 22 repartidores en total, se afanarán en no demorar más las 3.500 entregas del black friday que han quedado pendientes, al no llegar ningún barco a la Isla desde el martes. A éstas se añaden las más de 3.000 que también estaban previstas efectuar entre hoy viernes y mañana sábado.
Obligados a un sobreesfuerzo
La coincidencia del temporal con uno de los momentos de mayor reclamo y venta comercial online del año retrasará unos días la llegada a casa de los productos adquiridos aprovechando las ofertas y descuentos de las grandes marcas.
«Cada año, la semana del black friday tenemos entre 1.600 y 1.800 repartos diarios en toda la Isla, por lo que el parón sin barcos de estos días nos obligará a un sobreesfuerzo», resume David Marquès, responsable de Seur en Menorca.
«Hemos estado parados, con los conductores en casa, durante dos días. Pero, cuando (hoy) lleguen los barcos, ya todo se colapsará. Nos faltarán horas y espacio para repartirlo todo». Marquès confía en haber completado todas las entregas antes del lunes.
El apunte
Los mercados de la Isla han quedado tres días sin pescado ni marisco de fuera
El bloqueo de la mercancía por el mal tiempo ha dejado a la Isla durante tres días sin algunos productos que acostumbran a abastecerse desde la península. Es el caso del marisco, básicamente almejas y mejillones de Galicia, así como especies de fuera como salmón, dorada o lubina.
Las flotas de pescadores no salen a faenar desde el martes, pero en las lonjas y supermercados lo han suplido con el stock que acostumbran a almacenar en previsión de un eventual desabastecimiento como el que se ha producido estos días.
«Solemos congelar producto local para hacer frente a estos episodios», asegura el gerente de Sa Llotja de Maó, Rafel Quintana. «Ha habido pescado fresco hasta hace poco, por lo que tampoco nos ha influido demasiado», afirma.
No obstante, los puestos de venta del Mercat des Peix permanecían ayer sin apenas clientes. «Siempre que hay mal tiempo, la gente deja de venir. Cree que no tenemos pescado fresco, pero sí lo hay», dice Tania. A falta de clientes, se agiliza la venta y reparto de género a domicilio, especialmente a mayores.