El plan de choque del Consell para controlar las colonias de gatos en Menorca, que se llevará a cabo en coordinación con los ayuntamientos y las protectoras de animales, incluirá la contratación de laceros para capturar a los animales, esterilizarlos y volverlos a soltar. Se trata de una de las principales medidas que se tomarán para poner fin al problema de la proliferación de felinos callejeros en la Isla, una situación que actualmente está totalmente fuera de control.
La gestión de las colonias felinas, especialmente desde la aprobación de la nueva la ley de bienestar animal, se ha convertido en una de las mayores preocupaciones para los consistorios, y también lo es para el Consell, puesto que el número cada vez mayor de estos animales representa una amenaza para la diversidad en la Reserva de la Biosfera.
El plan para poner fin a la proliferación de gatos callejeros contará con una partida de 150.000 euros, que se financiarán al cincuenta por ciento entre el Consell y los consistorios. La parte que corresponde a los ayuntamientos se abonará en función de una serie de ratios, de tal manera que los municipios más grandes pagarán más.
La intención del Consell es que el plan se ponga en marcha en cuanto se apruebe el presupuesto insular, momento en el cual se firmarán los convenios con las protectoras, que son las que gestionan las colonias. «Queremos que los ayuntamientos aporten laceros, y también nos estamos planteando contratar a más personal, a través de las protectoras, para que realicen las capturas, porque solo a base de voluntariado el plan de choque no será efectivo», asegura Toni Periano, director insular de Proyectos Sostenibles y Cooperación Local e Internacional.
De esta manera, las protectoras serán las que contratarán a las personas que se harán cargo de las capturas y su coste lo asumirán desde el Consell y los ayuntamientos. El objetivo es que con este refuerzo se pueda llevar a cabo el método CES, para capturar, esterilizar y volver a soltar a todos los gatos callejeros. Además, se desparasitará a los animales, se les colocará un chip y se inscribirán en un registro.
Una tarea sin fin
Desde la protectora de Ciutadella, señalan que la situación de las colonias felinas en Menorca está descontrolada desde hace muchos años, porque es un tema al que las administraciones no han prestado demasiada atención. «Hay algunos ayuntamientos que no han hecho nada, y los que han hecho alguna cosa se han limitado a donar una cantidad de dinero, pero el trabajo duro lo han realizado las protectoras y los voluntarios», lamenta Alba Lledó, de la protectora de Ciutadella. A ello se suma la poca conciencia de muchos ciudadanos, que se limitan a dar de comer a los gatos sin castrarlos y sin tener en cuenta las consecuencias.
Asimismo, desde la protectora señalan que para que la campaña sea efectiva, sería necesario castrar, como mínimo, al 75 por ciento de los animales que viven en las colonias. Por todo ello, aseguran que «la solución pasa por esterilizar de forma masiva y que la gente tome conciencia del problema».
El apunte
Los gatos domésticos en libertad, una amenaza para la biodiversidad
Durante la celebración del treinta aniversario de la Reserva de Biosfera, el pasado mes de octubre, el conseller de Medio Ambiente, Simón Gornés, ya avanzó que la puesta en marcha de medidas efectivas para controlar las colonias de gatos domésticos en libertad era uno de los principales retos a los que debía hacer frente el Consell para garantizar la biodiversidad en los ecosistemas de la Isla.
En el GOB Menorca este también es un tema que inquieta especialmente. «A nosotros nos preocupan más los gatos asilvestrados que están en el campo que las colonias urbanas, porque tienen una capacidad de depredación muy alta y tienen un impacto considerable sobre los pájaros pequeños y algunas especies protegidas, como la pardela balear, de la cual hay muy pocos efectivos», señala Miquel Camps.
Además, desde el GOB recuerdan que los pájaros de ámbito agrario han sufrido una bajada en los últimos cuarenta años de alrededor del sesenta por ciento en toda Europa, por lo que consideran que es imprescindible extraer a los gatos asilvestrados de las zonas naturales.