Aunque inicialmente su llegada estaba prevista para el pasado 8 de abril, finalmente la fragata «Navarra» recaló este domingo en el puerto de Maó, en el marco de la Operación Sea Guardian de la OTAN, bajo control operativo del Mando de Operaciones.
El buque de la Armada española llegó poco antes de las 10 de la mañana, acompañado de la embarcación auxiliar «Contramaestre Casado», y para realizar la maniobra de atraque contó con la asistencia del remolcador «Roque S» y el práctico del puerto.
A pie de calle
La llegada a Maó de los dos barcos de la Armada se produjo en un día soleado y veraniego, que muchas personas aprovecharon para pasear por el puerto, y entre las cuales predominaban las opiniones contrarias a la presencia de la OTAN en la ciudad, aunque también había quien se mostraba favorable.
Ioar Tainta, trabaja en una óptica y suele correr por el puerto, y ayer se mostraba preocupada por la llegada de los barcos de la Armada. «Que Maó se convierta en una base de la OTAN no nos interesa a los que vivimos aquí, y lo veo fatal porque estamos creando un problema mayor en Oriente Medio, que va en contra de los derechos humanos», afirmaba.
También era de este parecer Glòria Tous, jubilada y residente en Maó, que lamentaba que el puerto de Maó pudiera servir como base para operaciones bélicas. «No quiero tener aquí un arsenal y que vengan a cargar los barcos y después se vayan a matar a la gente, a Gaza o donde sea», enfatizaba.
Miguel Sánchez y Sol Robledo llevan viviendo un año en Sa Colàrsega y también desaprueban la presencia de barcos militares. «En el puerto hay muchas operaciones de barcos que son muy invasivas con los vecinos, como para encima meter aquí a más barcos militares. Estamos en contra de que toda esa zona sea privada y militar», afirmaban.
También había opiniones favorables a la presencia de la OTAN, como la de Adolfo Pantaleón, médico cubano que hace 19 años que vive en la Isla, y que considera que es positivo que Europa tenga una defensa común. «Lo que me asustaría es que se descuidara la defensa, en medio de esta escalada bélica, con un Putin que trata de ganar un poder desmedido», señalaba.
Najib Bikir trabaja en el puerto desde hace 35 años y no cree que los barcos de la OTAN representen ningún problema. «A lo largo de la historia, esta es la tradición de Menorca», recordaba. Además, considera que su presencia puede impulsar la economía de la Isla, una opinión que comparte Maria Lluïsa González, de la tienda de souvenirs S'Artesà, que aseguraba que cuando llegan fragatas las ventas se animan.
Reacciones políticas
La fragata llegó a Maó después de hacerse pública la posibilidad de que Menorca se convierta en la tercera base española de apoyo logístico para la OTAN, sumándose a las ya existentes en Rota y Cartagena, tras la oferta del Gobierno español a la Alianza Atlántica en abril del año pasado, lo que ha suscitado una polémica y las reacciones de los partidos de la Isla. En este sentido, el senador del PP, Cristóbal Marqués, ha presentado una pregunta para ser respondida en la Comisión de Defensa en la cual pide al Ministerio que aclare cuál es el papel de la Estación Naval de Maó dentro del actual contexto internacional. Además, pregunta si ha habido diferencias entre los grupos políticos que forman el Gobierno en este sentido. Desde Més, Josep Juaneda también pidió más transparencia al Gobierno y reclamó «políticas que fomenten la paz y no la guerra».
Por su parte, el diputado socialista Pepe Mercadal lanzaba ayer un mensaje de tranquilidad, recordando que la presencia de la fragata en Maó «no es nada que salga de lo normal». Además, aseguró que la Estación Naval de Maó no puede ser más que una base de tránsito y descanso, y en ningún caso se puede comparar con bases como Rota.