El coordinador del GOB, Miquel Camps, insistió este martes en la urgencia de poner orden en el «alarmante caos» de la gestión al agua en Ciutadella, «una situación que se remonta muchos años atrás» y que el Plan de Gestión Sostenible del Agua refleja con claridad. «Es un problema que siempre se ha negado, pero que esta auditoría deja muy patente», asegura.
Los pozos están sobreexplotados en un 131%, gran parte del acuífero se encuentra salinizado, numerosas captaciones superan los límites máximos autorizados de nitratos y cloruros y las bombas de extracción del agua están situadas varias decenas de metros por debajo de lo permitido.
La solución que propone el plan pasa por abrir nuevas perforaciones y más que duplicar la compra de agua desalada, hasta el punto que en agosto de 2031 cabría tener ya la planta a pleno rendimiento. También plantea invertir 38'8 millones de dinero público, de los que 8 serán para conectar la desaladora al casco urbano y más de 21 para mejorar el tratamiento de las depuradoras norte y sur, cuyas aguas residuales están tan salinizadas que «no pueden reutilizarse ni para el riego agrícola».
Racionalizar el consumo
El GOB urge a «racionalizar los consumos» para no agravar el problema y repercutir los sobrecostes de «estos grandes proyectos» no en el ciudadano medio sino, especialmente, en «las zonas turísticas y los grandes regadíos que hacen negocio con el agua». En este sentido, propone una política tarifaria que «penalice sobre todo a los grandes consumidores turísticos, con grandes jardines, y a quienes, en pleno verano, riegan vastas fincas a las tres de la tarde».
Por eso, Camps rechaza contundentemente que el plan prevea dar respuesta a la punta de demanda de agosto de 2031 «con la desaladora al máximo de rendimiento y, a la vez, sacando agua del maltrecho acuífero». «Ciutadella -concluye- es el ejemplo más claro de hasta dónde te puede llevar el querer responder siempre a la demanda continua de agua pensando que, con la desaladora, tienes capacidad para servir más agua que nunca».
El GOB propone que la desaladora sea solo un complemento y lamenta que «la falta de visión estratégica y la resistencia a pagar el agua mucho más cara nos hayan llevado hasta aquí».
Se han rascado las 'amígdalas' por décadas sin atender a la par producción y consumo. Ahora que la cagada es obvia, el consumidor es el culpable y a multarlo. Cuando racionalizarán a los politiqueros nofuncionarios ? Que vayan a sus casas a hacer nada, que nos será más barato.