Es Mercadal volvió a sufrir entre la noche del sábado y la madrugada del domingo pasados los efectos de otra tormenta intensa que llegó a descargar hasta 125 litros de agua por metro cuadrado entre Coves Noves y Arenal d’en Castell. Estas dos urbanizaciones, junto a la zona de Punta Grossa, pueblo de Fornells, Ses Salines y el Port d’Addaia se llevaron la peor parte con inundaciones en establecimientos comerciales y viviendas de planta baja que precisaron la intervención de los bomberos de los parques de Maó y Ciutadella.
El torrente de Son Parc anegó la playa y todavía por tarde se mantenía el surco abierto hacia el mar recogiendo la tierra, matojos y residuos de cañas y maderas que encontraba en su camino por su deficiente limpieza. Otro tanto había sucedido en Arenal d’en Castell, donde el agua que venía de la zona más elevada se llevó hamacas a su paso y la arena de varios de los accesos a la playa que quedaron con las piedras a la vista.Por la noche la acumulación de agua ofreció estampas de inundaciones con al menos un vehículo atrapado en medio de ellas.
Especialmente preocupante fueron las consecuencias de los 40 litros por metro cuadrado que cayeron en Fornells. A pesar de las recientes obras de alcantarillado, de competencia municipal aunque incluidas en el convenio con las obras ejecutadas por Ports para la gran reforma del puerto, la tormenta volvió a revelar deficiencias inquietantes. Tanto es así que hubo vecinos de la calle Governador que vieron brotar aguas fecales en sus bañeras e inodoros, al igual que sucedió en algunos imbornales de las vías más próximas al puerto al quedar saturados.
El alcalde de Es Mercadal, Joan Palliser, confirmó la existencia de vertidos de aguas fecales «porque el alcantarillado no da abasto al recoger también las aguas pluviales de los domicilios», una situación derivada de las obras realizadas cuando se anexionaron las canalizaciones con las de la calle Escoles, que ahora no dan el resultado esperado porque no tienen la dimensión ajustada a las necesidades, explican los residentes. Como el mismo Palliser, señala, los vecinos aseguran que antes de la reforma del puerto este problema no existía.
A las evidencias de este mal funcionamiento, se debe sumar la acumulación de toallitas que colapsan las canalizaciones, «la gente debería ser consciente del problema que ocasionan», añadía el alcalde. Las pequeñas zonas de baño de Es Viver y Es Pla tuvieron que cerrarse ayer por los mismo vertidos fecales.
En el Passeig Maritim hubo restaurantes y locales que acumularon entre 80 centímetros y un metro de agua. Las obras actuales de la calle Rosari provocaron la riada de tierra hasta colapsar varios imbornales.
En Ses Salines el barro inundó varias calles por la bajada del torrente lo que obligó a los bomberos a vaciar varios subterráneos y plantas bajas.
En la zona de Maó los bomberos realizaron seis salidas, cinco por inundaciones y otra por la caída de un árbol.
Bandera roja en las playas
La presencia de residuos de aguas fecales ha obligado a prohibir el baño en las playas de Es Viver y de Es Pla de Fornells.
Al mismo tiempo, también ondea la bandera roja en las de Son Parc y Arenal d'en Castell por el vertido de aguas residuales, donde la tormenta cayó con intensidad y ha provocado también destrozos. El Ayuntamiento de Es Mercadal realizará nuevas analíticas para controlar el estado del agua.