A las empresas que se dedican al sector de la restauración les salen las cuentas con las condiciones que ha establecido el Ayuntamiento de Sant Lluís en el pliego para la concesión, mediante concurso público, del chiringuito de Los Bucaneros, en la playa de Binibèquer.
La apertura del primer sobre de la licitación arrojó una lista de hasta 16 ofertas presentadas para la explotación por un periodo de ocho años del establecimiento ubicado en primera línea de mar. Solo uno de ellos presentó deficiencias en la documentación, aunque se consideran subsanables y por lo tanto se mantiene entre los candidatos.
Entre los aspirantes a la explotación del chiringuito se encuentra Bonita Menorca SL, la última empresa que abrió el establecimiento en el verano de 2021. Luego, la caducidad de la concesión por parte de la Demarcación de Costas que ostentaban sus anteriores titulares y fundadores del inmueble, la familia Moysi, hizo que hasta ahora no haya vuelto a recibir clientes. Precisamente esta familia ha solicitado formalmente la suspensión del proceso de licitación de la explotación del chiringuito, algo que de momento no se ha producido. Alega esta familia que la pérdida de la concesión de esta propiedad situada en plena zona de dominio público marítimo-terrestre no ha cerrado todavía su periplo por los tribunales, por lo que el Ayuntamiento de Sant Lluís no debería adoptar este tipo de externalizaciones de su disfrute y empleo para fines empresariales.
Entre el resto de solicitantes de la concesión predominan las sociedades de distinta configuración legal y también aparecen en la documentación que ha publicado el Ayuntamiento de Sant Lluís tres solicitudes cursadas por particulares.
El canon anual se ha establecido en un importe mínimo de 32.435 euros, pero a tenor de la elevada demanda que ha generado el concurso resulta probable que los ingresos por este concepto que vaya a recibir el Consistorio sean bastante superiores.
Esperemos que paguen