El alcalde de Maó ha matizado su rechazo a la ley autonómica que han pactado PP y Vox para autorizar de forma exprés los llamados proyectos residenciales estratégicos. Héctor Pons no quiere usar esta herramienta para construir en suelo rústico junto a la ciudad, sino para tratar de desbloquear el desarrollo de las parcelas que hay en el entorno del Cuartel de Santiago.
Hace 15 años que están las calles abiertas en esta zona y no se ha empezado a construir ni un solo piso. El motivo es que los números no salen a los promotores por las densidades que impone el Plan General. Este es, precisamente, uno de los aspectos que permite flexibilizar la ley actualmente en trámite en el Parlament. Por ahora el texto plantea un techo de 225 habitantes por hectárea para poder hacer más vivienda sin afectar nuevo territorio.
Una vez que la norma entre en vigor, Maó estudiará si se acoge a ella parcialmente. «Tenemos claro que no vamos a construir en suelo rústico mientras haya urbano disponible, pero si esta ley nos permite resolver el problema que tenemos en la zona de Santiago llevaré una propuesta al pleno y se demostrará que [en el PSOE] no actuamos por criterios partidistas sino pensando en el interés general de Maó», señaló Héctor Pons en el debate de una propuesta de acuerdo del concejal no adscrito, Xisco Cardona, en el pleno de este jueves.
Convertir locales en vivienda
El alcalde también anunció que intentará por segunda vez acogerse a otra ley del Ejecutivo de Marga Prohens, la de medidas urgentes en materia de vivienda, para facilitar la conversión de locales comerciales en vivienda en algunas calles de Maó. Esta propuesta fue tumbada por los grupos de la oposición hace un año por considerar que era descafeinada y dejaba fuera los principales ejes comerciales de la ciudad.
En el debate, Xisco Cardona criticó al gobierno en minoría del PSOE por limitar su política de vivienda a la cesiónde parcelas al Ibavi para la construcción de pisos de protección oficial. «Es insuficiente», recordó el concejal no adscrito, «hay que aumentar el suelo disponible y contar con la iniciativa privada: qué hubiera sido de Maó si no se hubieran edificado en su día las Tanques del Carme o Malbúger, no puede ser que los mahoneses se tengan que ir a vivir a Es Castell o Sant Lluís».
En la misma línea, la portavoz del PP Virginia Victori acusó al alcalde de «rechazar las propuestas útiles» que llegan del Govern en materia de vivienda «porque vienen de otro color político». Recordó que, en su día, votaron en contra de la propuesta de conversión de locales comerciales en vivienda porque la propuesta municipal era «una versión recortada y descafeinada» de lo que permitía la ley autonómica.
Por su parte, Jordi Tutzó de Ara Maó abogó por «reconducir el modelo económico» basado en el turismo para evitar el «incremento desproporcionado de población, con mano de obra poco cualificada y peor pagada» que no puede acceder a una vivienda cada vez más cara mientras esta se deriva en parte al alquiler vacacional. «El problema de la vivienda en Maó no es urbanístico sino estructural, falta promoción de vivienda pública no suelo disponible».
El alcalde, Héctor Pons, celebró que la nueva ley sobre proyectos residenciales estratégicos dé la última palabra a los ayuntamientos y recordó que el PP de Menorca también defendió ante Vox, aunque sin éxito, que la ley limitara la construcción en las áreas de transición que hay junto a los cascos urbanos sin que antes se hubiera agotado el suelo urbano o pendiente de urbanizar. «Aplicar en Maó el modelo de Palma sin adaptarlo a nuestra realidad sería un disparate», concluyó.
Lo que se tendría que hacer, es limpiar dicho lugar ya que da pena. Se ha convertido en un vertedero de mierda.