La idea de Trasmed de permitir alojarse en el barco «Ciudad de Barcelona» mientras hace escala y pernocta en Maó, como si fuera un minicrucero, ha cosechado el rechazo unánime y frontal del espectro político, a izquierda y derecha, así como de la patronal hotelera Ashome, que califica el nuevo negocio de la naviera de «competencia desleal».
La experiencia ‘TrasmedWeekend’, como se denomina este producto turístico que ya se comercializa para Eivissa y que se estudia aplicar también en Menorca, «masificará el centro de Maó, no es justo, no pagarán el impuesto turístico pero dormirán en Maó», declaró ayer el presidente de los hoteleros menorquines, Sebastià Triay Fayas, quien ha comunicado su preocupación y su rotunda oposición a esta propuesta tanto al alcalde Héctor Pons como al presidente del Consell, Adolfo Vilafranca.
Vilafranca se mostró ayer contrario a los planes de la naviera de aprovechar su escala en el puerto de Maó para convertir el transporte marítimo de pasajeros en oferta turística, permitiendo a los pasajeros alojarse en los camarotes del barco. En declaraciones a los medios aseguró que «sería una figura nueva que lo que hace es saltarse el límite de plazas turísticas», una manera de bordear la legalidad vigente.
Sobre el pago del Impuesto de Turismo Sostenible, Vilafranca remarcó que «todos los turistas pagan ecotasa», también los que llegan en crucero, «ese será también un motivo para comprobar que todo se haga correctamente en el caso de que se autorice, aún está todo por ver».
«Las plazas turísticas tienen que cumplir unos requisitos y una tramitación, deben darse de alta con una declaración responsable y estar inscritas en el registro de establecimiento», insistió el presidente, «si se detecta que se infringe la normativa el Consell actuará, como se ha hecho en el pasado».
En este sentido, la compañía emitió ayer un comunicado en el que asegura que cumple con la normativa para su alojamiento. «Trasmed desea aclarar que el servicio TrasmedWeekend se realiza con plena conformidad con la normativa vigente y cuenta con las autorizaciones correspondientes de las distintas administraciones públicas, incluida la Autoridad Portuaria de Baleares, competente en la materia», afirmó en una nota.
Este diario se puso en contacto con la APB pero el organismo evitó pronunciarse sobre la polémica. En Eivissa Puertos ha dado autorización al barco-hotel porque se trata, según publican los rotativos de aquella isla, de «una solicitud de escala con pernocta». Es lo mismo que alega la naviera, que en su comunicado señala que «la posibilidad de pernoctar a bordo es una opción ofrecida a los pasajeros en tránsito, sin que ello altere la operativa marítima ni constituya oferta de alojamiento en tierra».
La opinión del alcalde de Maó, donde recala el buque de Trasmed, está en las antípodas de la propuesta de la empresa de transporte. El socialista Héctor Pons afirmó ayer que «los alojamientos y estancias se tienen que desarrollar en los equipamientos previstos para albergar estos usos, y no en zonas portuarias que no contemplan el uso residencial dentro de las mismas embarcaciones». Para el PSOE esto supondría «un cambio de paradigma preocupante».
Coincide en ello el presidente del Consell, Adolfo Vilafranca, quien señaló que esta oferta «no va en la línea de lo que queremos hacer ni de nuestra política y filosofía, ya que buscamos la sostenibilidad turística». Por su parte, Esteve Barceló, coordinador general de Més per Menorca, consideró «un despropósito» la conversión en hotel de un barco de pasajeros, «rompe con la coherencia urbanística del entorno». «El puerto de Maó no es un resort turístico», dijo, «no permitiremos que se mercantilice con hoteles flotantes».
the hotels are really upset