El reciente acuerdo comercial entre la Unión Europea y Estados Unidos, que fija en un 15 por ciento los aranceles a productos europeos, ha generado una cierta sensación de alivio entre los empresarios menorquines que exportan al mercado estadounidense, puesto que temían que las tarifas aduaneras pudieran llegar hasta el 30 por ciento, como llegó a amenazar Donald Trump.
A pesar de ello, el sector empresarial lamenta que la guerra comercial que está impulsando el presidente americano no es una buena noticia para ellos. Además, consideran que el acuerdo alcanzado es malo para Unión Europea y, en cambio, tiene a los Estados Unidos como gran beneficiado.
«Podía haber sido peor»
Santiago Tadeo, gerente de Coinga, uno de los principales exportadores de queso de la isla a Estados Unidos, reconoce que el escenario dista de ser el ideal. «La noticia no es buena ni favorable, porque todo lo que implique poner trabas o tener que bajar márgenes no es bueno, ni para nosotros ni para las fincas de Menorca», señala.
No obstante, considera que, dado el contexto, se trata de un «mal menor». «Ahora ya había unos aranceles del 10 por ciento y, como ya tenemos acuerdos con los clientes, este 5 por ciento adicional no será algo dramático, aunque lo ideal sería que estuvieran al cero», afirma. Desde Coinga señalan que los nuevos aranceles implicarán una subida de los precios finales, aunque se intentará moderarla bajando los márgenes, tanto del productor como del importador.
Coinga exporta entre un 10 y un 14 por ciento de su producción, y la mitad de esas ventas se realizan en Estados Unidos, lo que lo convierte en su principal mercado internacional. Aun así, Tadeo enfatiza que no es un mercado que comprometa su estabilidad. «Siendo importante, tampoco tiene un peso que nos pueda hacer tambalear, ni a Coinga ni a la Denominación de Origen Mahón-Menorca», asegura.
Otro de los sectores de la industria menorquina que exportan sus productos a Estados Unidos es el del calzado, donde los nuevos aranceles pactados entre Washington y Bruselas han sido recibidos con resignación y también con cierta preocupación, ya que se suman a un contexto difícil, marcado por el aumento de costes y la reducción de márgenes. «Después de todo lo que se ha discutido y del susto que llevábamos encima, el 5 por ciento adicional sobre el 10 por ciento que ya teníamos, para nosotros es un alivio, porque podía haber sido peor, aunque habrá que ver la letra pequeña», afirma Juan Carlos Fernández de Salort, presidente de la Asociación de Fabricantes de Calzado de Menorca.
Sobre las consecuencias de los aranceles, Salort ya adelanta que supondrán un aumento de precios, aunque considera que habrá que esperar para ver si también se traduce en una bajada de ventas. «Ojalá las empresas ganaran tanto como para poder asumirlo y dejar de ganar ese cinco por ciento en cada par de zapatos», apunta.
Además, desde el sector se advierte sobre el posible desvío de productos de otros mercados hacia Europa como consecuencia de los altos aranceles estadounidenses a países competidores: «Lo que más miedo nos da es que mercados más económicos que el nuestro, como China o Brasil, no puedan vender en Estados Unidos y terminen reventando el mercado europeo».
VoxMenorcaM'ha indigna qualsevol comentari d'aquest partit, ja q per voltrus tornaríem de molts anys enrere