En Ciutadella, el vecindario de Dalt sa Quintana observa con recelo la reforma de la plaza Quintana de Mar. Consideran que, más que una zona verde para la comunidad, se ha creado un «acceso ajardinado a la vivienda de la finca», eso es, S’Albufera. Critican la ausencia de mobiliario urbano, un diseño «laberíntico», con bordillos en las jardineras «en contra de la eliminación de barreras arquitectónicas», y con vallas solo en determinados puntos, no así en la plaza misma, donde tiene su entrada el centro cultural.
La reforma de la unidad de actuación 44, a cargo de IPAM Real Estate SL, IPAM Art SL y Doguica SL, ha de ser recepcionada próximamente por el Ayuntamiento de Ciutadella. Trámite para el cual la Associació de Veïns Sa Colàrsega se pregunta por la inspección que deberá hacerse para comprobar si se ha hecho según el proyecto.
El presidente de la entidad, Esteban Olivé, admite que la actuación ha mejorado el espacio, «negar la evidencia sería peregrino», pero eso no quita que el proyecto «se haya hecho al gusto del promotor», con el resultado de una «plaza poco amable, pensada a su conveniencia».
Por contra, se han perdido aparcamientos y se han alejado los contenedores de las propiedades de algunos promotores y se han acercado a otras viviendas. En el barrio, «la opinión general es que no es una plaza pública, no hay ni una papelera, ni un banco, es un espacio prácticamente privado». De hecho, el ejemplo de las pilonas automáticas que el Ayuntamiento obligó a retirar iba en esa línea, recuerda otro vecino, Jesús Fernández. En su caso, igual que otro residente, tiene servidumbre de paso a un callejón dentro del recinto del centro cultural, «nos dijeron que no nos darían el mando» para los pivotes y, denuncia, «incluso tenían cámaras de vigilancia en su casa mirando a la vía pública».
En cuanto al cerramiento de la zona de obras, hasta que sean recepcionadas por parte municipal, insiste Fernández, «tienen abierto lo que interesa, se puede entrar por la plaza, donde está la puerta del museo, pero no por las calles valladas de Marino Benejam y Santa Bàrbara». De hecho, en esta última había incluso alambre de espino, que la Policía Local ha obligado a retirar días atrás por ser peligrosos.
Réplica
Fuentes de la promotora rechazan las críticas. Defienden que la reforma «ha revalorizado la zona», donde antes había un «parking irregular y zonas de escombros y suciedad». Es más, «es una inversión que los promotores regalan al Consistorio», con una inversión próxima a los 300.000 euros y que, aunque es cierto que «el proyecto era nuestro, el Ayuntamiento lo aprobó, con informes técnicos y jurídicos». Sobre el uso privativo en el que insisten los vecinos y las vallas, pero no en la plaza, «es un espacio público cedido, y hasta que no se recepcione no está en posesión municipal», de ahí que mantengan el cierre y reiteren el interés ante el Consistorio de proceder ya a la recepción.
artruixbelloFueron los PP se dice por ahí , los que fueron a Francia a promocionar Menorca. No lo entiendo, ya que Menorca fué ya una vez Francesa . Y ahora va a por la segunda. Que poco amais a vuestra isla ,, en vez de ayudar a los menorquines