El gastrónomo Pep Pelfort tiene claro que la langosta que se captura cada año en las aguas de Menorca no es suficiente para atender la gran demanda de este producto, especialmente durante los meses de temporada alta, cuando muchos visitantes apuestan por la caldereta de langosta para experimentar las bondades de la cocina menorquina. «Es imposible que los restaurantes puedan cubrir la demanda solo con lo que se pesca en la Isla. Por eso hay que importar producto de fuera; si no, el 80 por ciento de los turistas no podrían comer caldera de langosta, y se enfadarían», señala.
Para Pelfort una solución sería que los restaurantes aumentaran la transparencia en las cartas, especificando el origen del producto, especialmente en el caso del producto local. «Se tendría que poner en la carta lo que es producto de Menorca y lo que no, porque eso da valor a la gastronomía de la Isla y el turista cada vez es más inteligente, y si viene quiere comer productos de aquí, porque la diferencia entre la langosta local y la de fuera se nota», subraya.
Por ello, Pelfort asegura que si los restauradores no evitan la picaresca, pueden acabar perjudicando el prestigio de la gastronomía menorquina. «Lo que no se puede hacer es engañar, porque si engañas acabas perjudicando la gastronomía de Menorca», remarca.
Sobre la posibilidad de aumentar las capturas de langosta, Pelfort lo descarta rotundamente, ya que considera que lo primero es garantizar la sostenibilidad del recurso. Desde el sector pesquero coinciden con esta opinión y, aunque lamentan las restricciones a la pesca impuestas por la Unión Europea, advierten que, antes de plantear una ampliación de los cupos, sería necesario realizar un estudio que determine si el recurso puede soportarlo.
También hay alguna que otra caldereta que es un xasco. Y al preció que está es un disgusto......