La hoja de ruta en la que la Conselleria de Agricultura, Pesca y Medio Natural del Govern y el sector primario están trabajando para recuperar la viabilidad del campo menorquín pasa por incrementar en 320 hectáreas, un 34,1 por ciento, la superficie agrícola destinada a los cultivos de regadío en tan solo cinco años con el objetivo de que las explotaciones mejoren sus niveles críticos de rentabilidad. El plan implica, en consecuencia, un aumento muy significativo, de más del 47 por ciento, de las necesidades hídricas del sector, que se prevé que se disparen prácticamente un 48 por ciento para el año 2030.
Desde el Ejecutivo balear señalan al escaso desarrollo de las plantaciones de regadío en la Isla, donde no llegan ni al cinco por ciento de la superficie de producción agraria, como «uno de los limitantes más severos para la rentabilidad y sostenibilidad de la actividad», según se expresa en el documento político «Agua para la Agricultura y Ganadería en las Illes Balears», en el que se marca el objetivo de elevar la presencia de este tipo de cultiuvos hasta el 6,63 por ciento, un porcentaje todavía muy inferior al de países del arco mediterráneo, donde el regadío se sitúa en torno al 26 por ciento.
El director general de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural del Govern, Fernando Fernández, defiende la necesidad de que haya más regadío para recuperar la viabilidad del sector agrario: «Con los niveles actuales en Menorca es muy difícil, casi un milagro, que subsistan las explotaciones agrarias». Señala en este sentido que las explotaciones de regadío de un mismo sector productivo presentan un 55 por ciento más de Valor Agregado Neto que las de secano. En términos generales, se estima que el regadío permite a las fincas generar una renta agraria 2,5 veces superior y triplica las unidades de empleo necesarias.
Desde el Govern advierten de que, a la vista de la disponibilidad de recursos hídricos de Menorca, para incrementar las superficies de regadío será necesario ajustar el resto de demandas con el objetivo de que «no comprometan las necesidades mínimas del sector» en un contexto de escasez de agua. En ese sentido, se propone establecer una reserva estratégica del agua disponible de Balears para el sector agrario y ganadero del 25 por ciento del total de los consumos. Desde la Conselleria de Agricultura estiman que en la actualidad la actividad estrictamente agrícola representa un 22,6 por ciento del total de agua consumida en Menorca. Para 2030 se espera que ese porcentaje crezca hasta el 30,6 por ciento.
Preguntado por los problemas que puede generar este incremento en el actual contexto de escasez de recursos hídricos, Fernández defendió que «la agricultura no es jardinería, es una actividad económica y el equilibrio entre la sostenibilidad y la rentabilidad económica es crucial». Para que el campo disponga de más agua se requiere un «reequilibrio en los consumos de agua entre los distintos usos a favor del sector agrario», lo que pasa, entre otras medidas, por «el control de las concesiones otorgadas para actividades y viviendas en suelo rústico y en su caso la recuperación concesional».
Agua regenerada
Para evitar que este incremento de las necesidades de agua aumente la presión sobre los acuíferos, uno de los grandes objetivos es avanzar en la utilización de agua depurada para el riego. Es por ello que entre las principales actuaciones definidas por el Govern –todavía abiertas a las aportaciones del sector– se incluyen la aprobación definitiva del llamado Plan General de Optimización y Aprovechamiento de Aguas Regeneradas para el Regadío y su ejecución progresiva con el objetivo de incrementar el aprovechamiento del agua con potencial de ser reutilizada. Actualmente solo se usa el cinco por ciento.
Entre las medidas que el Govern pone sobre la mesa se incluyen la habilitación de más balsas de riesgo, la mejora de las condiciones de calidad del agua que llega a las existentes e inversiones para permitir el tratamiento terciario en más depuradoras. También se quieren reforzar las ayudas para los cultivos de regadío y los sistemas para reutilización del agua depurada.
Las claves
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Reducir otros usos para garantizar agua para el campo
El aumento de la superficie implica un aumento de las necesidades hídricas del campo que obliga, defiende la Conselleria de Agricultura, a «reequlibrar los consumos de agua entre los distintos usos en favor del sector agrario».
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Más control de las concesiones en el campo no agrarias
Una de las medidas que se proponen para que el sector agrario cuente con más recursos hídricos es un mayor control de las concesiones de extracción en suelo rústico para establecimientos hoteleros o viviendas particulares.
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Utilizar más agua regenerada y no de los acuíferos
El compromiso con el avance en las infraestructuras para poder incrementar el uso de agua regenerada es una de las claves del plan. Se incluye la construcción de más balsas de riego y la extensión del tratamiento terciario.
La paraula SALVAR ja fa fredat perquè deixa clar el desconeixement absolut que té aquesta gent de quins són els problemes reals del camp de Menorca, més diversos i profunds que només tenir aigua per regar (que també ho és!) Però el que realment asusta és que la intervenció la faran a un municipi on no hi ha quasi llocs, ni explotacions agràries importants. El números que surten a l’article són molt questionables. Realment volen salvar el camp o l’objectiu és un altre? Curiós que tot açò passi al municipi amb més costa de Menorca. De monent el que és segur és que a un camí rural del terme de Sant Lluís hi construiran una macro piscina per regalar (sí, regalar!) aigua a uns quants, que el paisatge i els bens etnològics quedaran ferits de per vida i que el camp no es salvarà perquè justament a Sant Lluís camp camp (com tots l’entenem) n’hi ha molt molt poquet… i no d’ara sino de sempre. Quina llàstima estar en mans de gent que ni sap el que fa ni estima la terra. Una terra que no necessita salvadors amb milions d’euros per gastar i quedar bé (no sabem amb qui però es sabrà) sino gent humil, treballadora i seriosa, exactament com són els pagesos d’aquesta illa. A lo millor enlloc de seure al despatx els politics, tècnics, enginyers i redactors de projectes copy/paste per decidir com salvar el camp, haurien d’agafar um càvec i fer una volta per Sant Lluís a veure quants de pagesos necessiten un cop de mà.