Las últimas precipitaciones registradas en Fornells han puesto de nuevo en evidencia la incapacidad de las infraestructuras para evacuar tanto el agua de lluvia, como las procedentes del alcantarillado. Una vez más, vecinos y comerciantes han visto como las arquetas vertían fecales a la calle y han sufrido, en plantas bajas y sótanos, entradas incontroladas de aguas negras.
Han sido varios los vecinos que el jueves acudieron al local social de Fornells para presentar instancias y advertir sobre este nuevo episodio. Algunos vieron como el caudal accedía a sus domicilios, donde se llegó a acumular un palmo de agua. Es el caso de Miquel Barber, a quien se le inundó el sótano y «entraron aguas negras en la lavadora». Procedía del alcantarillado, aunque «por suerte» sin materia fecal visible. «Cada vez que llueve un poco más de la cuenta, estamos igual», con un problema que provoca daños. «Los muebles que se han mojado se han hinchado», lamenta el afectado.
Los mayores problemas se produjeron en las proximidades de la Casa des Contramestre. Allí hubo acumulaciones más importantes en la calle y, como señalaba otra vecina, «al final, todo desemboca en la playita».
Otro punto conflictivo es el paseo marítimo. Un comerciante radicado allí, y que prefiere quedar en el anonimato, denunciaba ayer la reiteración de esta situación. Aunque en esta ocasión no ha sufrido el retorno de suciedad en su domicilio, porque «tenemos una válvula de retención para que no vuelva atrás», sí que pudo contemplar como «las arquetas de la calle rebosaban de mierda y compresas que salían del alcantarillado».
Otra bomba
El alcalde de Es Mercadal y Fornells, Joan Palliser, admitía ayer los vertidos tras las lluvias del jueves, que «fueron más fuertes en Fornells que en Es Mercadal». Y es que «cayeron 80 o 90 litros en poco tiempo».
El primer edil confía que en breve «pueda conectarse la segunda bomba de la estación de bombeo» del edificio de PortsIB, «falta instalar el contador definitivo y que Endesa haga la conexión». Esto debería contribuir a mejorar la situación, aunque no la solucionará. La cuestión sigue estando en manos de la ciudadanía. «La parte pública tiene redes separadas de pluviales y alcantarillado, pero en muchos edificios particulares, no». Por eso, el Ayuntamiento pretende «incentivar a los vecinos para que vayan separando» los dos circuitos. Igualmente, Palliser recordó que la reforma del paseo marítimo fue errónea y, entre otras deficiencias, «la pendiente de la calle va hacia las casas y no hacia el mar», lo cual impide la evacuación.
Hasta aquí¿Y qué tienen que ver aquí los turistas, carajote?