Hidrobal, la empresa encargada del suministro del agua en Maó, ha presentado alegaciones a la propuesta de sanción planteada por el equipo de gobierno municipal en relación con el deficiente funcionamiento de la planta desnitrificadora de Malbúger. En ellas aporta un argumento, en principio, novedoso: la sociedad concesionaria no es responsable de la calidad química del agua que se suministra a los vecinos, a tenor del artículo 4 del pliego de condiciones del concurso público que derivó en el contrato actual, formalizado en enero de 1989. Esto significaría que no le corresponde velar por un óptimo nivel de nitratos.
En las extensas alegaciones, a la que ha tenido acceso este diario, Hidrobal argumenta que los nitratos son un parámetro de calidad química, y que el pliego de condiciones, cita literal, indica que «el concesionario no será responsable de la calidad química del agua». La empresa, incluso, acusa al equipo de gobierno del Ayuntamiento de Maó de omitir esta frase en los informes técnicos en que se fundamenta la propuesta de sanción aprobada por el pleno el pasado 25 de septiembre. La propuesta detecta dos faltas, una leve, y llega a plantear la rescisión del contrato en el caso de confirmarse la existencia de una muy grave por parte de la empresa al poner en peligro la salud de los vecinos con su inacción ante el exceso de nitratos en el agua derivado del mal funcionamiento de la desnitrificadora. Estos informes municipales apelan a la obligación del concesionario de controlar la calidad bacteriológica del agua, cuando, a decir de Hidrobal,«el parámetro de nitratos es una cuestión de calidad química, no bacteriológica».
Esta omisión de la frase del pliego de condiciones, y otras cuestiones, llevan a Hidrobal a exponer en sus alegaciones que los documentos en que se basa la propuesta de sanción suponen «una exposición parcial de los hechos, descontextualizada y con omisiones relevantes», además de «sesgado e impreciso» con relatos que «no son fieles a la realidad».
Abundando en la exención de responsabilidad, Hidrobal argumenta que los nitratos son un problema inherente al municipio, que nada tienen que ver con su gestión, y que en enero de 2017 presentó una serie de propuestas para afrontar este problema que fueron rechazadas por el Ayuntamiento. En concreto, planteó la instalación de plantas de electrodiálisis reversible en los pozos de Malbúger, Poima y Llucmaçanes. Acusa de nuevo en este punto al equipo de gobierno actual de omitir estos datos en sus informes.
Las alegaciones relatan, como ya hizo Hidrobal en otros momentos del proceso de depuración de responsabilidades de esta controversia, que desde el primer momento la concesionaria planteaba dudas sobre la opción de una planta desnitrificadora como la existente. Expone que se adjudicó a una empresa con una valoración muy baja en los aspectos técnicos y que desde que se puso en funcionamiento «sufrió una serie de incidencias que tuvieron que ser solucionadas por Hidrobal». Esto se debió, según las alegaciones, a una «deficiente ejecución del contrato de construcción». Lamenta, además, que el Consistorio no haya permitido el acceso de Hidrobal a su contrato con la empresa instaladora.
Dentro de este mismo proceso, las alegaciones consideran «sorprendente» que los informes municipales atribuyan la responsabilidad de la recepción de la planta desnitrificadora a Hidrobal, algo que «no es aceptable», ya que es un acto que corresponde a la administración pública. Más aún, continua, cuando desde el primer momento Hidrobal advirtió «de sus problemas y el riesgo de posible superación de los parámetros de calidad del agua». La planta, apunta, ya daba problemas antes de su puesta en funcionamiento.
Rafael AguilellaEsto no es una simple estafa; es una doble estafa. 1) La gente paga por agua no apta para el consumo humano ni animal. 2) Luego se ven obligados a pagar de nuevo por agua embotellada. De esta manera, roban a la gente sin escrúpulos. Y, como ya se ha dicho, esto ya no es un asunto partidista. Esto lleva años ocurriendo. Los políticos se aprovechan astutamente de la situación para su propio beneficio y prometen soluciones que jamás podrán cumplir (y lo saben). Ahora solo nos queda esperar a ver cuándo aparecen en la prensa las fotos de los políticos sonrientes y amables dándose la mano victoriosamente. Y nosotros, el pueblo, llenos de expectación, por fin podremos abrir el grifo de la cocina y probar el agua...