La Autoridad Portuaria de Balears (APB) niega que se esté incumpliendo la normativa sobre contaminación acústica en el puerto de Maó, y recuerda a los vecinos la existencia de una «servidumbre acústica» en toda la rada, la cual permite superar los límites de ruido establecidos por la normativa vigente.
Así lo señala en un informe del director del ente público, Antoni Ginard, que se ha elaborado después de que las asociaciones de vecinos de Menorca se unieran para reclamar la intervención «urgente y directa» del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible en el problema de los ruidos y vibraciones que generan los buques «Ciudad de Granada», de Grimaldi Lines-Trasmed, y el petrolero «Tinerfe», de la Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH).
Superación de los límites
En respuesta a las reiteradas quejas de los vecinos, desde Puertos recuerdan ahora que se han realizado mediciones acústicas y se han adoptado diversas medidas correctoras, entre ellas que el «Ciudad de Granada» deba pernoctar fuera del puerto siempre que las condiciones meteorológicas lo permitan.
No obstante, remarcan que estas actuaciones se han llevado a cabo a pesar de que, hasta que no se apruebe el mapa de ruidos del puerto, se considera zona de «servidumbre acústica» todo el territorio incluido en el entorno de la infraestructura. En este sentido, subrayan que dicha servidumbre implica que, en este espacio, podrán superarse los objetivos de calidad acústica establecidos por la normativa; es decir, se podrán exceder los límites de ruido permitidos.
Desde Puertos también se recuerda que el puerto de Maó no es una infraestructura nueva, por lo que no se le pueden aplicar los parámetros establecidos para las de nueva construcción, y que su funcionamiento resulta esencial para el suministro de todo tipo de mercancías a la Isla.
Ante todas estas consideraciones, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Menorca recalcan en una nueva carta enviada al presidente de Puertos del Estado, Gustavo Santana, que el puerto de Maó constituye un caso especial debido a sus singularidades, por lo que no puede ser tratado como el resto de las infraestructuras que dependen del Estado. La entidad recuerda que, en Maó, los muelles comerciales e industriales están situados a 200 metros del núcleo urbano y que, además, la población es anterior a la construcción de la infraestructura.
Por este motivo, los vecinos consideran que es la actividad del puerto la que debe adaptarse a ellos y no al revés. «Nos gustaría que fuera la actividad comercial e industrial la que estuviera gravada con una servidumbre ciudadana», señalan.
Por todo ello, la elaboración del mapa de ruidos del puerto de Maó, cuyo contrato está pendiente de adjudicación por parte de la APB, se presenta como la herramienta que debería permitir dar solución a esta disputa. En este sentido, desde la entidad vecinal consideran crucial que su redacción incluya mecanismos de participación ciudadana que hagan posible compatibilizar la actividad de la rada con el derecho al descanso.
Los vecinos apelan al carácter excepcional de la rada mahonesa
Ante el posicionamiento de la Autoridad Portuaria de Balears (APB), que considera que en el puerto de Maó no se está incumpliendo la normativa sobre contaminación acústica debido a la existencia de una «servidumbre acústica» en todo el entorno, desde la Federación de Asociaciones de Vecinos de Menorca subrayan que la rada mahonesa es un caso «muy especial» y que no puede regularse de la misma manera que otros puertos del Estado. Así lo han transmitido al presidente de Puertos del Estado, Gustavo Santana, en una segunda carta que le han remitido.
En este sentido, la entidad recuerda que el puerto de Maó es un enclave histórico, turístico y residencial, y que, a diferencia de la mayoría de los puertos, los muelles comerciales están muy cerca de la zona residencial.
Además, reiteran que se está incumpliendo la legislación y la ordenanza municipal de ruidos, y consideran que el planteamiento de la APB constituye «un paso atrás y un nuevo agravio».
Por todo ello, y a la espera del mapa de ruidos que se debe elaborar, los vecinos piden la limitación de las actividades del puerto en horario nocturno. «Se trata de algo tan básico como no despertar a los vecinos de Maó cada vez que llega o sale un buque del puerto en horario nocturno», insisten.
Tenir unes instituciones publiques a les que noltros els hi paguem, pero que despres afavoreixen mes a les empreses que als ciutadans, es la infamia mes gran que es pugui fer. I esta clar que aquest Lafuente, al que som noltros els que li paguem el seu sou, esta mes al costat de Grimaldi que dels pobres maonesos que viuen al costat del port. Deu pensar que si els hi molesten els renous dels barcos que es fotin.