Con la puerta abierta, María Iguazo friega el comedor de la casa de Coves Noves valorada en 670.000 euros que cree de su propiedad desde hace poco menos de una semana. Hacendosa, barre la entrada y dos de sus niños ajenos a este circo juegan en el interior.
Acordes de un horrible reguetón a elevado volumen al que siguen los de un animoso flamenquito escapan al exterior donde una mujer con su perro no se pierde detalle, un comercial ofrece alarmas y los periodistas aguardan una nueva andanada de la okupa más famosa de España.
Ella, la «okupa beyoncé» para las cadenas nacionales que llenan minutos de sus programas magazines con el filón de dudoso gusto hallado en Menorca (¡menuda propaganda!), fue la primera que decidió ayer por la mañana regresar a «mi casa» porque se enteró que habían entrado en ella. Por la tarde lo haría otra familia rompiendo la alarma que estaba siendo instalada. Idas y venidas alimentan el espectáculo.
Dicho de otro modo, en su particular universo a María y los otros okupas que habían usurpado las cuatro viviendas de Coves Noves les habían ocupado sus casas usurpadas por ellos días antes. Y no lo quieren permitir.
Fue la noche anterior cuando el grupo repartido en los cuatro inmuebles de este complejo decidieron volver a sus anteriores moradas, esto es, tres apartamentos que también tienen ocupados en Ses Canaletes, en Son Parc, donde reina el imperio okupa de la Isla.
El temor, admitido por María Iguazo y advertido por la Guardia Civil, «porque tengo niños pequeños», a la supuesta llegada de los fornidos empleados de le empresa Desokupa, hizo que desalojaran las cuatro casas de Coves Noves antes de la medianoche del jueves.
«Con los niños no me pueden sacar»
Pero algo cambió por la mañana porque «la okupa Beyoncé» decidió que ella regresaba con tres de sus pequeños a los que no llevó al colegio, porque con ellos dentro «no me pueden sacar», comentaba tras salir a voltear la manzana para aparcar su BMW más cerca de la puerta.
La Guardia Civil le hizo una visita y regresaría por la tarde, también la Policía Local de Es Mercadal cuando otra familia con niños volvió y consiguió entrar de nuevo en una de las tres casas que la propiedad ya daba por recuperada.
A María no la mueve nadie de ahí, «ahora lo tengo claro», dice, aunque por la mañana dudaba. Que venga el de Desokupa, «que aquí lo esperamos».
Asesorada por abogados
En ese mundo paralelo, asegura que muchos abogados se han interesado por su caso, aunque lo lleva uno de Córdoba, la ciudad desde la que se desplazó a Menorca con su marido hace dos años. Reitera el discurso victimista por el que tuvo que salir de Son Parc, tras recibir amenazas «de hombres encapuchados», e una trifulca relacionada con tráfico de drogas.
Ni ella ni su marido trafican con sustancias o con llaves, dice, «eso lo hace otra que vive allí». María está en otra cosa. Más tarde muestra una oferta de 150 euros para entrar en un programa de la tarde y le han dicho si quiere ir a Supervivientes, «ya me he hecho influencer». Los niños de las dos casas juegan. El show continúa.
El apunte
Desokupa, la empresa de Daniel Esteve, asegura que nadie les ha contratado
Al cierre de esta edición ninguna empresa de las que se dedican a desocupar inmuebles había llegado a Coves Noves para intervenir en las casas ocupadas. La propiedad de las casas había dejado entrever que se había interesado por los servicios de alguna de ellas. Daniel Esteve, propietario de Desokupa, que se había referido al caso de Coves Noves en sus redes sociales, aseguró anoche que nadie se ha puesto en contacto con él para contratarle.
En su vídeoblog, Esteve había dicho que pondría a la «okupa Beyoncé» a vender ropa interior en el mercadillo, y de algún modo, había ofrecido sus servicios a la propiedad GG 2015 Coves Noves. «Si nos quieren que nos llamen y les enviaremos gustosos un presupuesto para realizar el servicio», dijo.