«Mi marido tiene 80 años y ya lleva 6 en prisión, está enfermo con problemas respiratorios sin que haya médico en la cárcel por lo que no está atendido debidamente, y siguen negándole los permisos de salida». Es la denuncia que hace una mujer residente en Maó ante lo que considera «una falta de humanidad» por parte de la junta de tratamiento que, por ahora, considera no apto al recluso para que pueda disfrutar de este tipo de beneficios.
Es la aplicación estricta del reglamento puesto que el hombre aún no ha cumplido el periodo de reclusión necesario para poder abandonar la prisión un fin de semana, por ejemplo, y reencontrarse con su familia. Fue condenado en noviembre de 2018 a la pena de 19 años y medio de prisión por un delito de abuso sexual a menores, por lo que ya ha cumplido 6 años de encarcelamiento.
El hombre padece una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc) por la que tuvo que ser ingresado de urgencia en el Hospital Mateu Orfila el pasado 8 de enero, con fiebre y problemas respiratorios. Hacía dos semanas que comunicaba su malestar general al enfermero de la cárcel pero no fue hasta que su estado empeoró cuando se decidió su traslado urgente al Hospital Mateu Orfila, el día 8 de enero.
Cuando se había decidido su evacuación al Hospital Universitario de Son Espases tres días después de su ingreso, porque la Policía Nacional no disponía de efectivos para realizar la custodia en la puerta de la habitación del centro hospitalario menorquín, ese mismo día el médico que le atendía le dio el alta por haber experimentado una sensible mejoría. La familia se había negado a ese traslado en el helicóptero medicalizado a Palma y posteriormente se sorprendió cuando horas después recibió el alta y regresó a la prisión.
El recluso observa un comportamiento ejemplar en la cárcel en la que realiza tareas de jardinería pero el reglamento es de obligado cumplimiento a pesar de su edad avanzada, señalan desde el centro penitenciario, donde es una persona apreciada.
Solo el Juez de Vigilancia Penitenciaria, si él o su familia lo solicitan, podría retirar el periodo de seguridad que deben cumplir los presos antes de disfrutar de permisos penitenciarios, en función de su condena y de su actitud en la prisión. Por razón de edad y de comportamiento, podría conseguir esta excepción.
La preocupación de esta y otras familias estriba en la ausencia de médico en la cárcel desde principio del pasado verano. Los presos son atendidos por un enfermero o por videoconferencia con un médico de otra cárcel si se estima necesario. Hace dos semanas se presentó otro galeno en el centro, visitó las instalaciones, pero cuando comprobó el precio de los alquileres y su salario, declinó aceptar el cargo.
Amb aquest delicte no s'hauria de disfrutar de cap permís, i complir tota sa condemna sencera sense cap benefici. Lo altre mos importa menos