El guardia civil de Tráfico que fue arrollado por un conductor ebrio en la tarde del 23 de diciembre de 2022 revivirá hoy el capítulo más difícil de su existencia que, además, le ha alejado de su profesión por las múltiples lesiones que sufrió y le han provocado la invalidez permanente.
Esta mañana está señalado el juicio al conductor que se llevó por delante al motorista del Instituto Armado a la salida de la variante de Ferreries, en la carretera general, en dirección a Maó. Conducía en estado ebrio, con cerca del cuádruple de la tasa de alcohol permitida, un Peugeot 206. Ya había invadido el carril contrario con anterioridad hasta que en el kilómetro 26,3 volvió a hacerlo en el momento en que circulaba una patrulla motorizada de la Guardia Civil. El primer agente tuvo que desplazarse al arcén para evitar la colisión pero el segundo no pudo salvar el violento choque. El vehículo le arrolló y el agente salió despedido a raíz del choque.
Ese mismo día fue trasladado en avión medicalizado al Hospital de Son Espases, donde comenzó una lenta recuperación que le ha dejado numerosas secuelas, aunque pudo salvar la vida a pesar del grave impacto. Tardó 247 días en curar sus lesiones, en los que permaneció 34 de ellos en estado muy grave y 78 en estado grave, durante los que tuvo que ser intervenido al menos en tres ocasiones durante los dos primeros meses.
Como consecuencia el agente sufre, además, daños morales complementarios por perjuicio psicofísico, y requiere del apoyo de otra persona para realizar actividades esenciales y afectaciones específicas de desarrollo personal no laboral, así como pérdida de la posibilidad de trabajar, depresión y ansiedad moderada.
Ministerio Fiscal
El Ministerio Fiscal solicita una condena de tres años de prisión para el conductor del vehículo, que provocó el accidente por un delito contra la seguridad del tráfico, en concurso con otro de lesiones por imprudencia grave con pérdida o inutilidad de miembro.
En el orden civil, si es declarado culpable, deberá indemnizar a la víctima, a través de la compañía de seguros Liberty Seguros, con 460.249 euros por lesiones y secuelas al guardia civil. Además, la compañía aseguradora tendrá que pagar 24.126 euros a la Dirección General de la Guardia Civil por daños y perjuicios causados, fundamentalmente, el importe de la moto que quedó completamente destrozada.
Maldita escoria sinvergüenza, esto deberían ser mínimo 10 años de cárcel