El delegado en Ciutadella de la comercializadora eléctrica cuyo exempleado fue detenido el viernes por las estafas de los contadores de los hortals, ultima una demanda con su abogado para reclamar responsabilidades. La empresa siente que el caso afecta a su imagen y reputación, por unas prácticas que realizó el individuo en cuestión, aprovechándose de su parentesco con el gerente de la oficina y de su puesto como comercial de la marca.
Francisco de Borja Camps es el delegado de Iberdrola en Ciutadella y fue llamado a declarar meses atrás como testigo, junto a otros afectados por la instalación de contadores ilegales en un buen número de huertos. Una comparecencia que concluyó sin imputación, lo cual, defiende, «significa que la juez tiene claro que no tuvimos nada que ver».
Negocio en paralelo
Este asunto ha roto toda relación entre el delegado de la eléctrica y su hermano, empleado como comercial autónomo y cuya función debía ser la de obtener clientes para la compañía. Sin embargo, «también está de alta como instalador eléctrico autónomo», incluso, ataviado con el logotipo de la eléctrica, algo por lo que se le llamó la atención. Fue así que se aprovechó de las ausencias prolongadas del gerente —por cuestiones médicas graves en la familia— para montar un negocio ilícito en paralelo. «Yo me enteré de que ponía contadores por clientes contentos por tener luz», pero «le dije a mi hermano que ese no era su trabajo y me dijo que como autónomo, podía».
«Aparentemente los trámites eran legales y superaron todos los permisos y filtros, de Industria, de la distribuidora», hasta que, tiempo después, «empezaron a retirar contadores» a raíz de la investigación y «llegaron las quejas de los clientes». Ahí «se destapó todo y luego hemos ido sabiendo que falsificaba documentos» y «lo despedimos». Hasta el punto que «hubo un caso de una finca, en la que constaban inscritos 17 contadores». «Al parecer hay implicados dos ingenieros, que se encargaban de firmar los documentos necesarios, y también estaba implicada su secretaria», quien introducía los datos en el sistema.
«Nuestro trabajo consiste, solamente, en captar clientes de otras comercializadoras, ofreciendo un mejor precio de la electricidad, nada más; llevamos 17 años sin ninguna queja», asegura Camps, quien supo después que su hermano atendía a clientes en su oficina fuera del horario comercial.
«Se aprovechaba del nombre de Iberdrola y facturaba como autónomo, con su propia contabilidad», la que ahora está en análisis por parte del «juzgado, la fiscalía, Hacienda».
«Él no tenía despacho, pero a veces se reunía con clientes en una sala, pero nunca pensé que estuviera haciendo triquiñuelas; se aprovechó de nuestra oficina y de la empresa», critica Camps.
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