Nieves Ramos Rosario és emprenedora social de l'Associació "El Cerezo" de Villena (Alacant). És la presidenta de la Federació d'Associacions Empresarials d'Empreses d'Inserció (FAEDEI), i consellera delegada de la Confederació Espanyola de l'Economia Social (CEPES).
Rodrigo Carreño Salvat és enginyer industrial. Ha treballat al projecte Mestral de Càritas, i va participar en la gestació i construcció del TIV, la planta per al tractament de residus voluminosos de Menorca, assumint-ne la gerència des de la seva entrada en funcionament. El TIV ha estat la primera empresa d'inserció creada a les Illes Balears en el marc de la llei reguladora d'aquest tipus d'empreses. Després del malaguanyat incendi que va destruir la planta, Rodrigo Carreño continua al capdavant del projecte, que ha iniciat ja la reconstrucció de les instal·lacions sinistrades.
Borja es un joven de diecinueve años que acaba de empezar a trabajar en una panadería. Dicho así no parece una noticia relevante, aunque el empleo se haya convertido en la preocupación fundamental de la ciudadanía...
El caso de Borja se inició hace unos años, cuando tras una situación familiar complicada, y poco estimulado en la enseñanza secundaria reglada, recaló en una entidad especializada en trabajar con menores con ciertas dificultades. Inició su itinerario personalizado hasta llegar a una empresa de inserción, promovida por la entidad que lo acogió en su incertidumbre. Tras realizar su itinerario personalizado durante un año y medio, compatibilizando su jornada laboral con los estudios de educación secundaria obligatoria, sacarse el carnet de conducir y realizar unos cursos de atención al cliente, ha pasado a contar con un contrato indefinido en una panadería, cercana a su lugar de residencia. Tiene novia y numerosos planes de futuro; entre ellos, seguir haciendo cursos de animador sociocultural.
Situaciones como la de Borja son habituales en las entidades que trabajan con personas con dificultades. Y para dar respuesta a la necesidad de completar los procesos iniciados con estas personas surgieron las empresas de inserción, durante la crisis de los años ochenta. Son estructuras productivas de bienes y servicios que compiten en el mercado como cualquier otra empresa. Una de sus características principales es la de contar en su plantilla con personas que tienen dificultades de integración. Son espacios de oportunidades para que estas personas, tras un periodo que va de seis meses a tres años, puedan incorporarse al mercado ordinario con garantías de permanencia.
Estas empresas consiguieron su regulación con la ley 44/2007, aprobada por todos los grupos políticos y en estos momentos son consideradas como instrumentos muy útiles de inserción por lo económico, dentro de las políticas activas de empleo.
Actualmente existen doscientas empresas de inserción en todo el Estado Español. Emplean unas cinco mil personas, la mitad de ellas en procesos de inserción. Facturan en torno a sesenta millones de euros, fundamentalmente entre las empresas privadas. Están agrupadas en torno a asociaciones territoriales en las comunidades autónomas y en la Federación estatal, FAEDEI.
En las Islas Baleares existen cuatro iniciativas empresariales de inserción, de las cuales sólo una trabaja en nuestra isla: TIV Menorca. Esta empresa de inserción, promovida y creada por Caritas Diocesana de Menorca, trabaja desde el año 2009 y tiene por principal finalidad la inclusión social de colectivos en riesgo de exclusión, a través de la inserción laboral en el sector de los residuos, concretamente a través de la gestión de la planta de tratamiento de residuos voluminosos de Menorca.
Si bien las empresas cuentan con actividades económicas que sostienen las plantillas, existe un sobrecoste en las empresas que supone la menor productividad de las personas en procesos de inserción y la contratación de los profesionales que realizan el acompañamiento, para garantizar el éxito del tránsito al mercado ordinario. Por ello, solicitamos a los responsables políticos el apoyo a estas empresas que aportan un valor añadido, traducido en contratos que permiten un retorno a la administración en conceptos de impuestos, seguridad social, irpf… en lugar de realizar políticas pasivas.
El objetivo de las empresas de inserción va más allá de generar trabajo de calidad y garantizar el correcto funcionamiento de los programas de inserción; representan una apuesta clara y contundente por la Economía Social, asumiendo un compromiso de retorno social. Las empresas de inserción deben reinvertir al menos el 80% de sus beneficios en la propia empresa, pero la realidad es que la mayoría de las empresas de inserción no tienen ánimo de lucro, destinando la totalidad de sus beneficios a financiar proyectos de interés social y solidario, o reinvirtiéndolos en la propia empresa. Del mismo modo, las empresas de inserción juegan un papel fundamental en el desarrollo local y la cohesión social, contribuyendo a la estabilidad y pluralismo de los mercados, promoviendo activamente la responsabilidad social empresarial y el desarrollo sostenible.