El protagonismo de Menorca se ha elevado hasta cotas insospechadas a lo largo de este tórrido verano. Que la Isla está de moda lo constata su presencia en medios nacionales, en los portales más visitados de internet y en las instantáneas que viralizan famosos, famosillos e influencers en rincones idílicos de la geografía insular. Hasta será Menorca la sede del primer congreso balear de quienes defienden que la tierra es plana, lo que todavía hará que se hable más de las bondades de este territorio escogido por los afines a tan singulares teorías.
Como consecuencia, la llegada masiva de veraneantes emparejada a la sensación de abarrotamiento recrudece el debate de los últimos años. Salta a la vista la ocupación de la carretera general, la falta de aparcamientos, los botellones, el tráfico náutico alrededor de la costa o incluso las limitaciones del agua con las que ya se ha amagado en algunos municipios.
En esa controversia cuadra la dimensión del turismo que genera riqueza y elimina el paro como contrapartida a sus incomodidades pero sin ajustarse al control que precisa. Menorca no debería convertirse en un territorio de impunidad a la infracción por falta de personal que vigile y sancione cuantas tropelías se cometen a lo largo de estas semanas de mayúscula población.
Si limitar la llegada de visitantes es una cuestión imposible, y acabar con los alquileres turísticos ilegales, por el momento, otro tanto -sucede en todas partes-, sería conveniente aprovechar la coyuntura para defender y exigir en voz alta la llegada de dotaciones policiales y administrativas suficientes para que el descontrol no vaya en aumento a riesgo de perder las señas de identidad de este territorio.
Una encuesta reciente en Barcelona reveló que para sus ciudadanos el turismo es el principal problema de la ciudad porque arrebata cuotas de espacio a los residentes, y les crea muchas incomodidades, aunque el 80 por ciento de los encuestados considera que la actividad turística es muy beneficiosa. Se trata de una contradicción que puede llegar a encajar en la Isla si seguimos por este cauce.