Era inevitable cuestionar a Rafael Nadal si la derrota en individuales ante Djokovic en los Juegos Olímpicos de París tenía aroma a despedida. El tenista mallorquín zanjó el debate de inmediato, dejando claro desde el inicio que no puede «estar pensando todo el día en eso. Es difícil recuperar un nivel óptimo pensando si me retiro o no. Vengo de dos años difíciles, sin ser capaz de tener continuidad. Me he dado un tiempo extra, pero no puedo vivir cada día pensando si es el último o no», explicaba a la prensa internacional en Roland Garros.
El de Manacor recordó que intenta «mirar hacia adelante y cuando termine aquí, tomaré las decisiones que tenga que tomar en base, lo primero a las ganas que tenga y a las sensaciones que tenga», aseguraba. Y recordaba lo duro de los últimos meses, trabajando parra llegar a punto a este escenario olímpico. «De alguna manera, llevo dos años sufriendo, me he operado de la cadera, he estado mucho tiempo recuperándome. Me siento mejor físicamente, pero si siento que no me siento competitivo, pues tomaré la decisión de irme», aseveraba el balear, quien a la vez recordaba que ha jugado «poquito desde que me he operado la cadera, una operación importante, y no es fácil recuperarse. Llevo poco más de un año y la regeneración no es rápida».
Por ello, quiso aparcar todo este debate pensando en el doble con Carlos Alcaraz, con el que este martes afrontan la segunda ronda. «Yo intento hacer lo que puedo para disfrutar y darme la opción de ser competitivo. Si después de aquí (París) no tengo más ganas de jugar, pues os lo comunicaré y ya está. Pero dejadme elegir lo que tenga que hacer cuando lo tenga que hacer», dijo a los periodistas Nadal.