El Consell ha hecho públicos este jueves los resultados preliminares de la investigación abierta por la aparición de restos de animales (hasta tres cabezas de vaca y una saca de vísceras que debían de haber sido incineradas) junto al resto de la basura en el vertedero de Milà. Los informes oficiales que tiene sobre la mesa en principio –su contenido íntegro no se ha hecho público– no aportan demasiadas novedades para los que hayan seguido el caso a través de este diario, pero sí llama la atención que la institución insular, responsable última del área insular de gestión de residuos, haga suyas las conclusiones de la investigación paralela ordenada a la concesionaria del servicio y centre todas las miradas sobre las tres plantas privadas de tratamiento de residuos de la Isla.
El comunicado con los «resultados preliminares» remitido en la mañana de ayer por el ente público Consorci de Residus i Energia de Menorca descarga a la UTE Es Milà, concesionaria de la gestión, de la responsabilidad por la presencia de restos de animales en Milà, un caso que está siendo investigado por el Seprona de la Guardia Civil, asegurando que «el funcionamiento general del Área de Gestión de Residuos de Milà es conforme a lo establecido en la autorización».
Asimismo valora como «difícil» que los residuos cárnicos de gran volumen puedan pasar todos los filtros de tratamiento mecánico y revisión manual de la fracción resto hasta llegar al vertedero, por lo que prácticamente se descarta la otra de las hipótesis a las que apunta la concesionaria en el informe que ha remitido al Consell, que hayan llegado los restos –al menos los que aparecen en las imágenes– con los camiones que recogen los contenedores urbanos de la basura que no se recicla.
Con esas primeras conclusiones siempre teniendo en cuenta que la investigación sigue abierta– cobra mucha relevancia la segunda y última hipótesis a la que apunta el Consell, ya avanzada en estas páginas, que los residuos de animales sacrificados en el matadero de Maó hayan entrado mezclados dentro del rechazo que las plantas privadas de tratamiento de voluminosos no han valorizado. Cabe recordar en este punto que los transportistas de estas empresas tienen permiso, después de mostrar la preceptiva documentación pero sin que se les revise la carga, para volcar directamente en el vertedero.
El Consell ahonda en esta hipótesis asegurando que, en caso de que se detecte este tipo de residuos (las cabezas de vaca, por simplificar) en el vertedero, el protocolo obliga al personal a dar aviso a los responsables de la planta para resolver la incidencia y a avisar al transportista y al productor (el matadero en este caso) para «evitar que se repita o incluso en algunos casos a devolver la carga». En ese punto el Consorci apunta directamente a los que hayan podido observar la presencia de restos de animales en el vertedero y no lo hayan denunciado: «Se ha solicitado que se tomen las medidas internas pertinentes si alguno de los trabajadores, propio o subcontratado, deliberadamente ha desatendido esas obligaciones».
En caso de que se confirme algún indicio sobre una mala praxis en la llegada de residuos desde fuera de la planta de Milà, advierten desde el Consell, se comunicará «a las administraciones competentes para que tomen las medidas oportunas con independencia de los resultados de la investigación que sigue su curso a cargo del Seprona». Dicho de otro modo, se comunicará al Govern, competente en materia de transporte de residuos, para que investigue y abra expediente.
El apunte
El Seprona intenta cruzar los datos de llegada de despojos al vertedero y salidas de los mataderos
El Consell desvela en su comunicado una de las líneas de investigación del Seprona de la Guardia Civil sobre el caso Milà. Asegura que se está tratando de cruzar los datos que se han recabado de la planta de Milà, los registros de agosto y septiembre de las entradas de los restos de animales para su incineración, los datos de funcionamiento del horno incinerador y los de entrada en el vertedero, con los registros sobre las entradas de animales vivos y las salidas del subproducto que no se aprovecha para el consumo humano de los vertederos de Maó y Ciutadella. Este diario puede avanzar que el Seprona ya se ha personado en ambos mataderos, aunque todavía, al menos al cierre de esta edición, no ha podido hacerse con los datos que busca para detectar posibles desequilibrios. La Comisión Balear de Medio Ambiente, el órgano que otorga la autorización del funcionamiento de Milà, tiene previsto visitar la planta en los próximos días.