El director insular cesado de Vox, Ricardo Galí relata en sus dos instancias en las que pidió, cuando aún ostentaba el cargo, que se activara el protocolo de acoso laboral, las situaciones que vivió mientras ejercía su responsabilidad como número dos al frente del Área de Vivienda.
El relato se basa básicamente en tres cuestiones. La primera expone la total falta de comunicación entre él y su jefa. Explica que entre el 2 de agosto, cuando tomó posesión del cargo, y las tres semanas siguientes Galí mantuvo seis reuniones con De Medrano. Y entre el 21 agosto hasta que fue cesado, el pasado 9 de noviembre, De Medrano no quiso volver a reunirse con él. Los únicos contactos que mantenían era a través de whatsapp, ya que ni siquiera existía una relación telefónica.
Otra denuncía de Galí es que De Medrano le tenía prohibido hablar con cualquier responsable del Ibavi, algo que sorprende ya que era el director insular de Vivienda y la mayoría de competencias de esta materia depende del Govern y por tanto del Ibavi. El director insular intentó dos veces reunirse con representantes del Ibavi, uno con los de Palma y otra con los de la oficina que tiene en Maó. En ambas ocasiones De Medrano le impidió asistir.
Ricardo Galí también denuncia que era ninguneado en todo momento por su consellera e incluso menospreciado en público. El caso más grave se vivió el pasado 18 de septiembre. Se acabada de cesar a la directora insular Marta Febrer por haber usado las instalaciones del Llatzeret por fines particulares y se tenía que inaugurar la Escola de Salut Pública en el Llatzeret. El equipo de gobierno quería que fuera un acto que sirviera para dejar atrás la crisis desatada por Febrer. Se convocó a todos los consellers, directores insulares y también a la oposición para ir juntos hasta el islote del puerto de Maó. Galí recibió, como el resto, una invitación de Presidencia para que fuera al acto inaugural. Pero De Medrano no quería que su número dos fuera con el resto del equipo de gobierno y le envió un whatsapp exigiendo que no apareciera por allí. Galí contactó con Presidencia para confirmar que su invitación no fuera un error, y desde allí le emplazaron a asistir, ya que «los espacios ya estaban ordenados». El director insular se personó al puerto de Calesfonts, dispuesto a embarcar. Y allí se encontró con De Medrano que le dijo, siempre según Galí: «No te subes, y no quieras que te lo diga a gritos». Ante ello, y para «no montar un espectáculo» se fue y no subió al barco, ante la estupefacción de los allí presentes, entre ellos la vicepresidenta Carmen Reynés.