Dos meses después de su entrada en vigor, el pasado 4 de octubre, el decreto de medidas urgentes para favorecer el acceso a la vivienda aún no ha tenido incidencia en Menorca.
Los ayuntamientos no han recibido apenas propuestas y solo tres de ellos han concretado ya cómo van a aplicarlo. Alaior, en su integridad, mientras que Ferreries y Sant Lluís, con matices. Ciutadella y Es Mercadal, con mayorías de izquierdas, han acordado no tenerlo en cuenta, por ahora, Maó se ha dado un plazo de tres meses para decidir, mientras que Es Castell y Es Migjorn, con mayorías absolutas del PP, lo acabarán de analizar antes de finalizar el año.
Pese a ello, los colectivos profesionales sí constatan que la expectativa creada al menos por la reconversión residencial de casas bajas o locales comerciales cerrados ha despertado cierto interés.
Habitaciones para personal de hotel
El arquitecto Nando Pons gestiona la propuesta de un empresario que quiere reutilizar comercios cerrados en Ciutadella para transformarlos en habitaciones para el personal de su establecimiento hotelero.
«Hay muchas propuestas en estudio para aprovechar estos espacios, pero que no se han presentado aún por las dudas que todavía suscita saber lo que se permitirá en cada municipio», asiente el presidente de los aparejadores, Miguel Ángel Sicilia.
Y lo confirma el portavoz del pequeño comercio (Ascome), Vicente Cajuso. «Los locales cerrados afean la zona y, si se convierten en viviendas, aumentan los clientes potenciales para los comercios establecidos».
Sant Lluís ya permite convertir locales en vivienda, Alaior lo asumirá sin distinción y Ferreries lo restringirá únicamente a aquellos comercios que lleven más de diez años cerrados. Pero aún se desconoce si podrán hacerlo también los comerciantes o propietarios de plantas bajas ubicadas en los restantes municipios de la Isla.
La consellera de Vivienda, Territorio y Movilidad, Marta Vidal, se muestra satisfecha de este interés y ve «perfecto que municipios como Maó se estén pensando cómo aplicarlo, pues de eso se trata. De dar herramientas a los ayuntamientos para que puedan encontrar la mejor solución para facilitar el acceso a la vivienda de la clase media. No concebimos el decreto para que se aplique de forma lineal, porque la situación de Palma no es para nada la misma de Es Migjorn».
De hecho, dice Vidal, en Mallorca y Eivissa «también está ocurriendo lo mismo, y los consistorios analizan cómo adaptar estas medidas a la realidad de sus municipios y a la voluntad política con que los gestionan». Por eso, la consellera insiste en que la iniciativa «es un éxito. Leer titulares como que diversos municipios han descafeinado el decreto no va con nosotros, pues todos los colectivos profesionales y administraciones públicas con los que nos hemos reunido ven algún aspecto que les puede funcionar».
Tanto Marta Vidal, que no es tonta, como todos en el gobierno Balear incluso la oposicion ya saben que este tipo de leyes no solucionarán el problema de la vivienda para una gran mayoría. Son pequeños parches y sobretodo grandes carteles.