Víctor Madera compró Santa Ana y Binidelfà en 2017. Desde entonces, este médico asturiano, millonario tras vender el grupo QuirónSalud, ha ido ampliando su patrimonio, que en este momento está formado por trece fincas agrarias, once de ellas con payeses y actividad productiva y donde está previsto llegar a construir ocho hoteles rurales o agroturismos. La lista de propiedades se completa con la Illa d'en Colom, la casa señorial de Ca n'Squella y algunos edificios urbanos, el de Ferreries donde se pretende ubicar el Museu de Ciències Naturals, ahora en Binissués, y el Hostal Oasis, destinado principalmente al personal del grupo.
La única vez que Victor Madera ha explicado en público sus planes fue en agosto de 2018, en una de las tertulias de Es Mercadal, en la que comentó que su impulso de compra era «emocional», cuando descubría algo especial en un territorio o un edificio. Explicó sus dos principales motivaciones: mantener la actividad agraria y restaurar y recuperar el patrimonio, algo en lo que también está muy implicada su esposa, María Obdulia Fernández, a través de una potente empresa, EDM Estudio de Arquitectura e Interiorismo. En ese momento había adquirido ocho propiedades, seis fincas, la Illa d'en Colom y parte de la casa Squella. ¿Ha cumplido sus objetivos seis años después? El grupo ha explicado a «Es Diari» el detalle de la gestión en cada una de las fincas.
Nueve explotaciones agrarias
Hoy, forman parte del grupo nueve explotaciones con actividad agraria. Cada una funciona como una sociedad independiente. Cuentan con la empresa Servicios de Agroturismo Gimnesia para la gestión que comparten, para la venta de productos o las obras. Se han agrupado algunas de las 11 propiedades, de las cuales siete, cuando fueron adquiridas, estaban abandonadas o con una actividadmínima.
Una de las zonas agrarias destacadas es la que forman Son Ermità i Binidelfà, a las que se han integrado las fincas Marina de Son Ermità y Ets Alocs. Estas dos se habían segregado hace unas cinco décadas cuando se planeó el desarrollo allí de urbanizaciones turísticas. No tenían casas de payés y ahora han vuelto a integrarse a una explotación rural. En estos momentos, se desarrollan las obras de dos agroturismos, que posiblemente no se abrirán este verano. En estas fincas y en otras se lleva a cabo la rotación de cultivos entre el cereal y las leguminosas. Eso sirve para la alimentación animal, el abono en verde, sin productos químicos, y la floración para la miel. La mayoría cuentan con una zona de huerta, para la producción de fruta y verdura.
La producción de vaca vermella es una de las principales actividades del grupo. Cuenta con un total de 110 cabezas de ganado, hembras para la reproducción y 20 de recría, que después se trasladan a una empresa ganadera externa para el engorde y a la que se compra la carne. Esta producción de carne, fruta y verdura se destina al consumo de los agroturismos y a la venta a terceros.
En la mayoría de fincas se ha llevado a cabo una gestión forestal y se han recuperado terrenos para el cultivo. Del bosque se extrae leña que también se comercializa. De todas formas, se separa material útil para la fabricación de las típicas barreras de acebuche. Según las datos aportados por el grupo, ya se han instalado unas 200 barreras y está previsto que se coloquen unas 1.000 en las fincas propiedad de Víctor Madera. Este es uno de los capítulos de las inversiones llevadas a cabo, principalmente en maquinaria, pero también en la restauración de los muros de piedra en seco. Se calcula que en el conjunto de las fincas hay 225 kilómetros de pared seca, en distinto estado de conservación. Entre un 8 y un 10 por ciento ya es de obra nueva, respetando el estilo tradicional de los muros.
La vaca lechera de raza frisona no pasta por las fincas del grupo. Incorporarla es un proyecto pendiente. Según explican, el objetivo es poder llegar a contar con una instalación única en una de las fincas, pero no para la producción de leche sino para su transformación en queso con DO y otros productos derivados.
Para el desarrollo de todas las actividades relacionadas con la explotación y mantenimiento de las fincas, el grupo cuenta con una plantilla de 32 personas empleadas, de las que 14 son payeses que gestionan la producción agraria y ganadera.
Ocho hoteles o agroturismos
Los proyectos de agroturismos del grupo no avanzan tan rápido como la explotación agraria y ganadera, principalmente porque están supeditados a unos trámites urbanísticos y medioambientales que se cubren con lentitud en distintas administraciones. Hoy solo está activo el agroturismo de Son Vell. El proyecto de los anteriores propietarios se redujo de 55 a 34 habitaciones. Se ha contratado a 75 personas durante su primera temporada y en su momento de mayor actividad ha llegado a un 80 por ciento de ocupación.
El segundo establecimiento que se abrirá, la próxima temporada, será Santa Anna, en la zona de Macarella. Ya ha sido restaurado y se ha incorporado a la gama de residencias de Vestige Collection, con establecimientos en varias regiones, principalmente Balears y Asturias. Cuenta solo con seis habitaciones.
Hay otros proyectos, que posiblemente llegarán a formar un grupo de ocho hoteles o agroturismos. Son Ermità y Binidelfà están en obras pero probablemente no estarán terminadas para que se puedan abrir esta temporada. Torre del Ram obtuvo a finales de 2023 la declaración de interés general. Son Pere, se ubica muy cerca de Son vell y está a la espera de la declaración de interés general. Son Vivó es de uso particular. En Son Rubí, el proyecto inicial de 49 habitaciones se redujo a 25. Esta solo pendiente de la tramitación ambiental. En Tirant Vell, una finca abandonada desde hace unos 30 años, un proyecto de 12 habitaciones se tramita desde hace seis años, cuenta con el interés general y está a la espera de la licencia.
Una casa señorial y un islote
Víctor Madera es propietario del cien por cien de la casa señorial de Ca n'Squella, uno de los edificios emblemáticos del centro histórico de Ciutadella, muy deteriorado por la falta de mantenimiento. El grupo asegura que no hay un proyecto definido y que solo se ha actuado para evitar los daños de algunas grandes goteras. Tiene un uso, dos días al año: los establos sirven para albergar algunos caballos durante las fiestas de Sant Joan.
Otra propiedad especial es la Illa d'en Colom. La propiedad ha llevado a cabo una limpieza pero no se ha actuado en las únicas casas del islote, que forma parte del parque natural de S'Albufera des Grau. Tampoco existe un proyecto concreto para desarrollar allí, ya que la normativa no permite otros usos. Algunos grupos juveniles han tenido acceso y se mantiene la excavación arqueológica en la antigua mina. Nada más.
Las últimas adquisiciones
S'Hort d'en Lleó i Fontanilles forman una propiedad, adquirida hace unos meses por Víctor Madera, situada en la costa de Addaia, con un paisaje espectacular en una zona protegida, al otro lado de Mongofra. En conjunto representan 270 hectáreas. No se ha integrado, en la gestión agraria del grupo y se mantiene la ganadería de raza frisona y la producción lechera.
Otra finca que forma parte de este grupo es Farragut Nou, de 188 hectáreas, al norte de Es Mercadal, a poca distancia de la costa. En este caso, la explotación ganadera la sigue llevando una finca vecina.
Las claves
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Muros de piedra en seco y barreras de acebuche
Las fincas tienen unos 250 kilómetros de pared seca, de los que se han recuperado casi 25. Se han instalado 200 barreras de ullastre y se prevé llegar a 1.000.
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La actividad en las fincas agrarias ocupa a 32 personas
Los trabajos del campo, las obras y los servicios que se llevan a cabno en los llocs ocupan a 32 personas, de las que catorce trabajan como payeses.
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Son Vell, el único hotel rural en activo
De los 8 proyectos turísticos solo Son Vell tiene actividad, En su primera temporada ha contado con una plantilla de 75 empleados, dos por habitación.